Ligeros de equipaje

El tiempo pasa

Últimamente siento que envejezco antes, que el tiempo se acelera. Me miro al espejo y comienzo a ser consciente de arrugas, canas, bolsas en los ojos y esta tripa que va en aumento. Mi hijo que hace nada nació, ya me está preguntando por novias y besos. Y entonces recuerdo que hace poco era yo quien miraba a los hombres que tenían mi edad actual y los tildaba de viejos. Esto es un bumerán.
Claro que las cosas cambian, pero a veces esos cambios nos cogen a traición, por sorpresa. He visto en mucha gente cierta urgencia al llegar este momento. Urgencia por vivir, por tener experiencias. Probablemente se trate de un momento en el que recapitulamos, sopesamos cómo nos ha ido la vida y lo que hemos aportado. Y entonces puedo entender que a much@s el balance de vida le salga negativo y acabe produciendo estados depresivos. Los cuarenta es la edad en que nos hacemos las grandes preguntas.

Todo esto me lleva a una reflexión sobre mi capacidad para disfrutar la vida, para estar en el presente, aquí y ahora. La arruga me recuerda en cada momento que aún estoy vivo y que tengo un compromiso conmigo mismo para vivir con intensidad y pasión. Puedes haberte pasado la vida escapando de todas esta cuestiones, pero tarde o temprano la reflexión llega y las grandes preguntas te encuentran: ¿qué he hecho con mi vida? Y ¿qué quiero hacer con ella a partir de ahora?

Es probable que quien esté leyendo este artículo recuerde momentos puntuales de cambio personal, aquello que aconteció y que le marcó un antes y un después en su vida, una simple decisión, decir sí o no y que uno, con el paso del tiempo, mira con perspectiva y reconoce en ese hecho un hito en su propia vida. A partir del cual todo cambió. Pero esto es diferente, se trata de un ejercicio de honestidad con uno mismo, de mirarse al espejo de la vida y de ver qué me refleja.

Por otro lado, se trata de preguntas que no pueden venir planteadas desde fuera sino que, por el contrario, surgen de la madurez personal, del interior de uno mismo. Por ello, solo a través de la autohonestidad pueden ser expresadas y respondidas.

wladimiropareja@gmail.com