maldito parné

El tren de la industria del cine

No sé si llegará el día en el que nos acostumbremos a ir caminando por el Parque García Sanabria y ver a Matt Damon haciendo footing o ir a cenar a un guachinche y compartir mesa con Maribel Verdú y Elsa Pataky y su flamante marido, Christopher Hemsworth. Desde luego, la revalorización del sector audivisual en Canarias como plató de cine apunta a ello, pero ahora bien, está en nuestras manos permitir que esto sea posible. Durante años, el sector turístico ha sido la principal pata económica de Canarias. De hecho, seguirá siendo así. Lo importante es conseguir que otros sectores, una vez caída la construcción, ayuden al turismo a sustentar la actividad economía de las Islas. Uno de ellos, sin duda, es el audiovisual. No es descabellada la idea de que Canarias pueda convertirse en un auténtico plató de cine al aire libre. El clima, nuestro territorio y, sobre todo, los incentivos fiscales incluidos en el Régimen Económico y Fiscal (REF) lo permiten. La distancia ya no es un impedimento. En este caso, puede ser una gran ventaja. Una industria audivisual fuerte en las Islas no solo podría suponer crecimiento económico, sino empleo. Hay que tener en cuenta que una gran producción puede generar muchos puestos de trabajo indirectos que, con el paso del tiempo, pueden adquirir prestigio y notoriedad internacional. Es importante el esfuerzo que se está haciendo por relanzar esta industria desde las administraciones públicas, pero hay que hacer más. Mucho más. Si la apuesta de Canarias por el cine es en serio, hay que trabajar en la formación, en la promoción y en la simplificación burocrática. La industria del cine es la gallina de los huevos de oro, tanto en ficciones extranjeras, como nacionales, como de animación, donde también Tenerife, con el Supercomputador, tiene mucho que decir. Las ventajas fiscales que se ofrecen en el Archipiélago nada tienen que ver con las de la Península o el resto de Europa. Estamos en la estación. Ahora solo falta saber si queremos subirnos al tren o quedarnos en el arcén preocupados por el trastorno de tráfico que ocasiona un rodaje o si tengo o no que tener cerradas las ventanas. ¿Saben por qué se eligió Tenerife para el rodaje de Bourne? Porque se demostró a la productora que la Isla está preparada para los cierres de calles y la multitud. Y se puso como ejemplo la celebración de los Carnavales. Pues eso. Subamos al tren de la industria cinematográfica y dejemos a un lado las boberías.

@mariafresno72