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Victoria con corazón y sangre fría

Davin White busca la canasta ante la defensa de Triguero. | ACB PHOTO
Davin White busca la canasta ante la defensa de Triguero. | ACB PHOTO

El Iberostar Tenerife necesitaba apelar al sentimiento canarista, como bien había señalado esta misma semana Txus Vidorreta para poder recuperar sensaciones y que las mismas, a poder ser, fueran estables, permitiendo a los aurinegros mantener una necesaria línea de regularidad que, hasta el momento, no han podido encontrar. Eso lo logró ayer, en Santiago, en una de las pistas más complicadas de la ACB, gracias a no darse nunca por vencido y a no perder nunca la cara a un partido ganado desde la fe. Los visitantes volvieron a entrar fríos a un partido, poco intensos en defensa y fallones en ataque. Para colmo de males, Angelo Caloiaro quiso aprovechar que Waczynski no estaba en el quinteto titular para acribillar la cesta canarista, obligando a Vidorreta a pedir un primer tiempo muerto con 15-4 en poco más de cuatro minutos de juego. El vasco rotó, cambió rápido, modificando a todos sus exteriores, buscando defensa con Arco. El problema estaba en los dos aros y, en el plano ofensivo, surgió Will Hanley, un tipo que trabaja mucho y se queja poco a pesar de no disponer de muchos minutos, para acercar a los suyos a seis puntos (19-13) tras cinco puntos consecutivos del estadounidense. Los habituales suplentes habían subido el nivel defensivo, cerrando el parcial en 21-17 y con la necesidad de mantener la misma línea de juego. Y lo hizo, porque este Canarias es capaz de lo mejor y lo peor en el mismo partido y capaz de dar la vuelta a las cosas cuando peor pintan.

O’Leary, asumió responsabilidad para multiplicarse y amenazar tanto debajo del aro, reboteando, anotando o lanzando desde el exterior. Suyos fueron los puntos que dieron la oportunidad a los visitantes de ponerse por delante en el marcador por primera y, asociándose con White comenzaron a revertir la situación.

Pero la clave era la defensa, dejando al Rio Natura clavado en 37 puntos y endosando un parcial de 1-11 para llegar al descanso con ventaja de 10 puntos (38-48). Los habituales suplentes daban la cara en una de las pistas más complicadas de la ACB, cuyo público se desesperaba con los árbitros.

Al Obradoiro le había gustado el inicio de partido y, con la complicidad, del Canarias, lo copió. Parcial de 17-5 para ver al Iberostar volviendo a dar la cara, a enseñar los dientes y para comenzar un intercambio de golpes con los gallegos que Salva Arco supo mantener de la mejor manera, apretando los dientes después de cada canasta, para que el electrónico reflejara un 62-65 antes de jugarse el cuarto definitivo.

El duelo era vibrante, lleno de ritmo y tenía que tener un final igual. Con muchos fallos, en ocasiones debidos a precipitaciones, la anotación de uno y otro conjunto, que no era mala al inicio del cuarto, comenzó a decaer cuando quedaban cuatro minutos. Antes, Salva Arco demostró que puede ser un jugador importante anotando dos triples de manera consecutiva y los insulares dejaron claro que les va la marcha. Les va mucho.

Porque entre fallos de uno y otro, cuando la pelota más quemaba, cuando el Obradoiro mandaba a la línea de tiros libres a los canaristas una y otra vez, a los exteriores Salva Arco y Nico Richotti no les tembló el pulso, logrando una victoria tremenda, gracias a no darse jamás por vencido.