Ya llegó

Y una vez más la vida continúa tras las uvas, el cotillón y los deseos y retos de todos los años; el inglés, el peso, el libro, y todo tipo de sueños que se esfuman con el paso de los días. No me olvidaba de los abrazos, los besos y los felices años nuevos de las doce de siempre. Llega un año nuevo como todos los años, lo cual es de agradecer.

Este con la peculiaridad de tener un Gobierno en funciones mirando para los celajes, una oposición despedazándose en público por aquello de los microdominios internos, y los junior jugando al pierde; uno soberbio hasta decir basta y el otro en Belén con los pastores e intentando cambiar la rueda del carro de la mano de su estrella catalana, la joven y verbal Arrimadas que gana peso político.

Un sabio amigo al que admiro me recordó el otro día que de no haber sido por la tan traída y llevada ley de Victor d’Hondt España no habría superado la transición. No lo dudo, pero creo que hay que ponderar la desproporción y estudiar desde la guardería cómo vivir en democracia. Como dice con mucha claridad el filósofo -uno de los pocos españoles que ha asesorado al pesoe y al pepé- José Antonio Marina, la situación de la educación en España es “caótica”, si a eso le sumamos el “desprecio atávico” a nuestros docentes, diríamos catastrófica. Tan es así, que el citado tachó de “pirómano” a Wert en una carta a su sucesor en el ministerio. El futuro de España pasa por su educación, un pacto de Estado basado en el trabajo de los que saben podría ser uno de los retos para el año político que llega, o lo parece.
Mientras me adentro en el año escuchando el transistor, ¿se acuerda?, qué tiempos, recibo la noticia de que los Cup tras seis tensas horas de debate en el taxi le niegan el pan y la sal a Mas ¡Menuda carajera! O Menos o elecciones, quedan siete días. La pasada semana Mas avisó a los Cup de que su propuesta de acuerdo no se movería, o él o el caos. Su proclamación es irrenunciable.

Y, así las cosas, queda esperar. Una vez que la arrogancia de la mayoría absoluta exhibida durante la última legislatura se va aflojando gracias al efecto de tres en uno que ejercen los resultados del 20D y que parece que los pactos en el horizonte pueden llevar algo de tiempo, el necesario para que Díaz deshaga a Sánchez, y de la mano de sus autonómicos se haga con las llaves del palacete de Ferraz en la Corte para volver a estrapallarse ¿qué quieren? Si no piensan sino en ellos y sus microbases. Unos quieren esto, los otros aquello, el caso es enredar. ¿Hasta? Pues, el trigo entre todas las flores ha elegido a la amapola, y yo elijo a mi Dolores, Dolores, Lolita, Lola. Porompom pon…