la gatera

Compromiso – Por Herzog

A medida que se aproxima la fecha del próximo debate de investidura del candidato propuesto por el Rey Felipe VI, en esta ocasión, al cabeza de lista del PSOE por Madrid, don Pedro Sánchez, me formulo la pregunta de si Mariano Rajoy, ganador de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, pero con mayoría insuficiente, no habría incurrido en error de cálculo al rehusar el primer ofrecimiento de Su Majestad de intentar formar Gobierno. Puesto en la piel del presidente del Partido Popular y tratando de entender las circunstancias de su renuncia a la candidatura para ser investido nuevo primer ministro de España, a nadie nos gusta, a priori, apostar a caballo perdedor, sabiéndose rechazado por la práctica totalidad del arco parlamentario desde las bancadas de la izquierda y neoliberales de Ciudadanos, y siendo consciente de la fobia hacia todo lo que representa el Partido Popular en sectores populistas y sociales fruto la incomprensión y de las secuelas, todo hay que decirlo, de las agresivas políticas de ajustes aplicadas en España, cuyo aspecto positivo aún está por ver en las clases más desfavorecidas o potencialmente perjudicadas.

En consonancia con lo manifestado en comentarios anteriores, me reafirmo en la idea de que los compromisos hay que asumirlos y, en todo caso, hay que dar la cara siempre, a las duras y a las maduras.

No vale escapar por la puerta trasera y dejar en la estacada a siete millones de electores conservadores o afines a los postulados del Partido Popular, con el pretexto de no reunir los apoyos suficientes para lograr una mayoría estable en el Parlamento y formar un Gobierno para lo que resta de legislatura y dejar en manos de la formación que menos votos ha cosechado en la historia de la democracia la opción de constituir un equipo sólido, fiable y capaz de emprender la senda de la regeneración institucional que tanto se necesita, precisamente, en unos momentos en que la Unión Europea se juega su futuro. En aras de ese compromiso del que tanto ha hecho gala, Mariano Rajoy debió asumir el reto desde un primer momento, y haberlo intentado al menos. Si hubiera fracasado entonces, sería comprensible, y la sociedad española no hubiera quedado en la duda o la incertidumbre, incluso hasta lo hubiera visto con buenos ojos porque no habría desencantado a nadie.

Considero que el primer ofrecimiento de Su Majestad el Rey a Mariano Rajoy de someterse al debate de investidura no era una perita en dulce, a sabiendas de los nulos apoyos, pero si no se puede o se es transitoriamente incapaz, lo mejor es dejar que otro, incluso en el mismo Partido Popular, lo intente.

@Benisri