tribuna villera

Cuba y Venezuela, de actualidad

Es curioso observar como en los carnavales algunas personas y algunos países se disfrazan para cambiar de personalidad. Todos sabemos que en el fondo somos lo que somos. Seres de carne y hueso o países de tierra y mar, con algunos recursos naturales significativos en casos concretos. De Cuba y Venezuela siempre escuché cosas, en casa y en la isla. Mucha es la relación que los canarios tenemos con estos dos singulares territorios americanos bañados por el Caribe. Para mayor abundamiento tengo datos familiares que me llevan a Cuba de manera especial. El pariente Mateo Glez. Grillo y el tío Pancho, sin olvidar al abuelo Eustaquio que compartió muchos viajes entre la isla de José Martí y la tierra de Rómulo Betancourt. Por algo el recordado José Luis Sánchez Parodi, cuando mencionó en un libro su estancia como juez en la Villa de La Orotava, hizo referencia a mi amor por Cuba y Venezuela, en el capítulo la saga de los Sánchez. De hecho escribí en 1987 el libro Canarias y Venezuela a través de Rómulo Betancourt y me referí a los compañeros del colegio que tuvieron que marcharse a tierras venezolanas como Juan Antonio Domínguez, los hermanos González Yanes, y los recordados Maximino Rodríguez Santos y Miguel Álvarez, entre otros. Es que Venezuela era un espacio vital para Canarias. También Cuba fue objeto de mi atención y relaté en 2011 mi visión continua acerca de la isla grande del Caribe, desde la ventana de la Casa de Canarias en la capital habanera que lleva el nombre de Leonor Pérez, la madre canaria de José Martí, libertador de Cuba. Lo cierto es que tanto Cuba como Venezuela han ocupado parte de mi vida en el exterior además de Madrid, La Gomera y El Hierro, de Bruselas y Estrasburgo, donde he combinado mis vivencias académicas, profesionales y políticas. De hecho he tenido reconocimientos de diversos tipos en ambas repúblicas cuando mi presencia estaba relacionada con la cultura y la política, al igual que en La Gomera cuando el expediente del Parque Nacional de Garajonay, a finales de la década de 1970. Cuba es actualidad por su cambio de fachada en el régimen castrista, con participación logística, pacífica y religiosa, mientras que Venezuela lo es por la paradójica situación política que se da en la república bolivariana. Con un gobierno de un color muy fuerte, muy rojo, distinto del color de la oposición, que controla la Asamblea Nacional desde diciembre de 2015. Con un poder ejecutivo diferente al legislativo, con una PDVSA en crisis que compra crudo a los EE.UU. y con unos cortes de suministro eléctrico en centros comerciales que asustan. ¿Hasta cuándo, presidente Maduro?