Jamás creí que tendría suficiente edad como para decirle a quienes vienen por detrás eso de que “yo, he visto cosas que vosotros no creeríais”, así, a lo Blade Runner. Y no me refiero a que cuando era chico todo esto era platanera, que también, sino al desenfreno de sinsentidos a los que estamos asistiendo en esta sociedad resquebrajada. Nunca pude pensar que llegaríamos a este punto; crecí con unos ideales de un mundo mejor, pensé que ya habíamos aprendido después de que la historia se encargase de enseñarnos el camino. Erré al considerar probados los límites del ser humano, de las atrocidades posibles, de lo que no debe volver a repetirse. En aquel entonces, confiaba plenamente en que seríamos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos sin importar creencias, ideologías o formación. Pero el tiempo, valedor de toda experiencia, ha venido a demostrar que no solo parece que que no hemos aprendido, sino que vamos a peor, ¿o acaso el que conoce y repite la historia no tiene mayor responsabilidad si cabe? “Es toda una experiencia vivir con miedo. Es lo que significa ser esclavo”, sentencia el replicante Roy Batty. Presas de un sistema opresor, callamos. Parece que viviéramos una somnolencia constante, donde nada parece capaz de sacarnos del letargo. Inmóviles asistimos a la función, como si esto no fuera asunto nuestro. Todo viene presentado de tal manera que parece artificial, siempre hay una noticia fresca que sustituye a la otra, nada es lo que parece. Y mejor no quejarse, que en silencio se está mejor, agazapado en la cueva y sin alzar la voz, que luego puede que la tomen con uno, la fórmula es conformarse. Además, ¿para qué quejarse si nada cambia?
Pero aquí no acaba todo, aunque puede que haya días, como este, en el que alimentado por el desaliento parezca que uno desfallece. En mi naturaleza sigue anclada la esperanza como motor de transformación. Quiero pensar que algunas cosas sí cambian y continuar soñando como antaño. Tal vez “todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia” y en el futuro, todo será parte de un espeso recuerdo. Ojalá.