cuadernos de áfrica

El musulmán sueco

¿Cuál es la razón por la que la avalancha de inmigrantes procedentes de la guerra civil siria o las costas libias anhelen El Dorado sueco y no otro? Sus generosos derechos civiles. Esa es la respuesta. Suecia es paradigma de bienestar social y derechos. Es el espejo en el que las izquierdas analfabetas y rencorosas gustan mirarse pero tal vez desconozcan que su bandera no es por azar una enorme cruz cristiana. Lo dicho. El país nórdico ha acogido una alta cuota de inmigrantes [musulmanes] siendo muchos originarios de la zona de Etiopia y Somalia.

Suecia es un país “blando”; lloras y te abren las puertas; y lo hacen porque son una sociedad empática que hasta hace poco desconocía el crimen organizado. El censo de musulmanes en el año 2000 era de unos 200.000 y en apenas una década se ha duplicado con unas tasas de natalidad disparadas. Está clara la estrategia. Ahondando en la cuestión, las cifras de violaciones en la comunidad musulmana – 80% del total – encumbran a la educada Suecia como uno de los países con mayor índice de violencia sexual.

La Policía ha catalogado como no-go zones, distritos donde no entra, casi doscientos barrios donde ha perdido el control e incluso reconoce la existencia de una corte islámica que dicta justicia “divina” con independencia del sistema legal nacional. Corte que ha solicitado al gobierno que se legisle de manera especial para los musulmanes. El FBI define la mezquita de Brandbergen como un hervidero de corrientes integristas y el reconocido think-tank, Chatham House, califica la permisividad como la principal causa de la proliferación de predicadores radicales de corte wahabista. La interpretación más conservadora y radical del islam.

Con esta islamización; ¿por qué no ha habido atentados en Suecia? El despliegue de sus tropas siempre obedece a un perfil humanitario y sus buques en Somalia, para la prevención de la piratería, lo hacen dentro de la Eunavfor. Discreción. Es el caso opuesto a Francia y su prolífica acción exterior ejemplarizada en las intervenciones en Libia y Siria. Dos modelos opuestos; lo cual no significa que el país nórdico esté libre de que un chiflado barbudo se inmole en el metro de Estocolmo.

*CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL

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