superconfidencial

Pacto de humo

1. Pedro Sánchez, el émulo de ZP, y el joven Rivera, que una vez se hizo fotos desnudo para llamar la atención, firmaron el pacto de humo, que no les conducirá a ningún lado. Es decir, firmaron un acuerdo inútil de más de 60 folios, en los que no hay sino obviedades, asuntos a medias y ninguna propuesta contundente. Mientras ellos firman, las grandes fortunas, amenazadas ya por las subidas de impuestos, abandonan España. Cuando escribo, el Ibex 35 está por debajo de los 8.000 puntos y se espera que aún se dé otro batacazo en estos días. Las agencias de calificación de riesgo han bajado a España un escalón. Es decir, no viene nada bueno. Mientras esto ocurre, Albert Rivera le salva el culo a su nuevo amigo Sánchez. Si las elecciones serán en junio, ¿para qué sirve todo esto? ¿Y qué se dirán estos dos en junio, se mandarán besitos volados? ¿Se declararán amor eterno? ¿Luchará acaso cada uno por su lugar al sol o su espacio es el mismo e irán juntos? Si no es así, ¿para qué este extraño pacto de humo, tan sólo para aislar al PP?

2. Los más sesudos analistas dicen que los dos nuevos amigos pretenden arrinconar al PP, ellos dos erigidos en líderes del espacio socialdemócrata patrio. Qué bonito. Yo les aseguro que todo volverá al bipartidismo, que la derecha será el PP y la izquierda Podemos y que los firmantes del pacto de humo corren peligro de convertirse en eso. Y esto el PSOE no lo puede permitir, porque un partido con tanta historia y que tanto ha hecho por las libertades, fundamentalmente en la bendita Transición, no se merece este final. Es curioso cómo dos personajes sin sentido, como Zapatero y Sánchez, hayan podido cargarse un partido de dos tacadas.

3. Mientras se firma el acuerdo, Podemos se desmarca. Podemos está convencido de que será “la izquierda”, venciendo al PSOE, al que ya ha lanzado en brazos de un partido de derechas. La inquina de todos al PP les va a pasar factura. No es el PP el partido de mi devoción, porque cada vez que gobierna soy más pobre y me siento más perseguido. Pero en política los odios no son buenos, porque nublen la mente. Y, si no, ahí tienen este pacto de humo. Pacto de locos.