SOCIEDAD

El Papa se enfada con uno de sus feligreses: “No seas egoísta”

La apoteósica bienvenida que recibió el martes el Papa Francisco en la ciudad mexicana de Morelia donde se calcula que hasta un millón de personas se lanzaron a las calles para estar lo más cerca posible del Pontífice, jugó una mala pasada al líder católico que mostró su enfado cuando un joven lo agarró tan fuerte que cayó sobre un chico que estaba en silla de ruedas.

Visiblemente enojado por lo acontecido, el Papa se dirigió a la persona que lo había agarrado y, gesticulando con una mano, mientras con la otra agarraba la del joven con discapacidad, le espetó por dos veces: “No seas egoísta, no seas egoísta”.

Las imágenes, que han sido publicadas en Youtube, muestran un lado humano de un Pontífice conciliador pero con carácter. Sobre la anécdota el portavoz papal Federico Lombardi, calificó la reacción de Bergoglio como “muy humana y natural” al final de un día en que lleno de encuentros.

“Esto es muy normal, cada uno de nosotros en la misma situación hubiera reaccionado claramente como el Papa, pero luego del episodio él continuó con su ministerio muy normalmente”, apuntó.

El hecho se produjo al concluir el encuentro con jóvenes en el estadio de Morelia. Como ya es habitual, el Papa Francisco rompió el protocolo y, al acercarse a la valla, uno de los asistentes tiró de él tan fuerte que acabó cayendo sobre un joven en silla de ruedas al que tuvo que agarrarse. Al reincorporarse, llamó la atención al responsable.

JESÚS NUNCA INVITARÍA A SER SICARIOS

Por lo demás, Francisco fue arropado en Morelia, la capital del estado de Michoacán, por miles de fieles. Allí, y ante una multitud de jóvenes de diversas partes de México, dijo que Jesús “nunca invitaría a ser sicarios”, porque él quiere discípulos, y jamás mandaría a sus hijos a la muerte, porque “todo en él es una invitación a la vida” en familia, en comunidad, a favor de la sociedad.

Francisco, el primer latinoamericano en ocupar el trono de San Pedro, pidió así a los jóvenes del estado de Michoacán, uno de los más violentos de México, que no se dejen convertir en sicarios del narcotráfico, un destino al que muchos se ven empujados por la falta de empleo y la descomposición familiar.

El líder de la Iglesia Católica sostuvo un encuentro con cerca de 50.000 jóvenes en la colonial Morelia, capital del estado donde hace tres años el crimen organizado y grupos de autodefensas civiles estuvieron al borde de una guerra civil por los feroces abusos de los delincuentes.

“Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”, sentenció el Papa ante un entusiasmado auditorio que gritaba y agitaba banderas blancas y amarillas.

“No se dejen desvalorizar, no se dejen tratar como mercancía (…) Jesús, el que nos da la esperanza, nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos. Él nunca nos mandaría al muere, sino que todo en Él es invitación a la vida”, agregó, mientras algunos le gritaban “¡Te queremos, Papa!

Michoacán ha reportado en la última década 7.250 homicidios que forman parte de los más de 120.000 muertos y más de 26.000 desaparecidos en México desde que en el 2006 empezó el combate abierto al crimen organizado, que trafica con drogas, personas, extorsiona, secuestra y roba recursos energéticos y minerales, informa Reuters.

Hartos de las extorsiones, saqueo de tierras, asesinatos, violaciones de mujeres y otros delitos, grupos de civiles en Michoacán se armaron en el 2013 para combatir al cártel Los Caballeros Templarios, cuyo líder fue detenido el año pasado.

En un intento por poner orden, el presidente Enrique Peña Nieto envió miles de efectivos federales y nombró en el 2014 a un comisionado para la seguridad del estado. Pero sólo duró un año en el cargo porque, pese a haber detenido a miembros de las autodefensas, no logró reducir los homicidios.

“No hay mejor momento para tener al Papa aquí (…) Hay todavía muchos problemas sociales y de corrupción, necesitamos que personas como él nos alienten a sobrevivir y a llevarlo cada día”, dijo Juliani Naranjo, una joven de Morelia de 21 años.

NO A LA RESIGNACIÓN

El Papa ofició también una misa ante más de 30.000 sacerdotes, monjas y seminaristas a quienes pidió no resignarse ante la convulsionada situación de la región, donde varios curas fueron asesinados o viven amenazados por grupos criminales.

“Frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación. Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras ‘sacristías’ y aparentes seguridades”, dijo el Papa en su cuarto día de gira por México.

Aseguró que la resignación puede venir “de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de personas, el desprecio por la dignidad de la persona”.

Al menos 15 sacerdotes han sido asesinados entre 2013 y 2015 en distintos puntos del país, según medios locales y reportes de autoridades de la Iglesia.

Antes de que llegara el Papa, los religiosos contaron hasta 43 en voz alta, en recuerdo de los 43 estudiantes de magisterio del vecino estado de Guerrero que fueron supuestamente masacrados por policías con lazos con criminales, en un caso que sacudió al país y al que se esperaba que el Papa hiciera referencia en su gira o se reuniera con sus familiares.