El dardo

Problemas eléctricos

Hace unos días, Benicio Alonso, uno de los mejores conocedores del sector eléctrico canario, volvía a dar la señal de alarma sobre los peligros energéticos que acechan en Tenerife ante la obsolescencia de tres de los grupos de la subestación de Las Caletillas, donde otros dos permanecen cerrados al agotar su vida útil. Se trata de un viejo problema que sigue enquistado por la inoperancia de algunos políticos, enfrascados en batallitas que les hacen perder el tiempo en lugar de ocuparse de asuntos realmente importantes. La imprevisión, las soluciones desafortunadas -como la colocación de las torres de alta tensión a lo largo de un tramo contiguo a la autopista del Sur- y el pasotismo son notas constantes en el quehacer de la gestión pública. Todos los gobiernos desde la autonomía han incumplido el Pecan y a nadie se le han exigido responsabilidades. Ahora mismo seguimos pendientes de los proyectos eólicos y termosolares, como si a corto y medio plazo fueran a ser la panacea para nuestras graves carencias en materia energética. Unelco-Endesa hace lo que puede a la hora de generar energía, pero ahí siguen los grupos de Arona y Guía de Isora como testigos de las insuficiencias de Granadilla y Caletillas. Esta subcentral debería renovarse con urgencia para convertirse en un moderno centro productor eléctrico de ciclo combinado capaz de atender, como ahora, las necesidades del 25% de la población de la isla de Tenerife. La demora en la llegada del gas natural -otro gravísimo problema de dejadez institucional- y el aparente retraso, si no abandono, del proyecto de construcción de una subestación en el norte tinerfeño, que equilibraría las necesidades reales de la Isla y garantizaría la cobertura del servicio en supuestos de averías, revisiones y eventuales contratiempos meteorológicos, agravan aún más la cuestión de fondo. Si a ello se une el mal estado de parte de las redes de transporte y distribución, sobre las que Red Eléctrica tiene previsto actuar con un potente programa inversor, se comprenderá hasta qué punto el abastecimiento de energía se halla en dificultades. Por si todo ello fuera poco, algunos ayuntamientos dificultan o paralizan las necesarias autorizaciones administrativas para poder llevar a cabo varias obras de mejora. Y así nos va.