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“Querer ganar con trampa es lo peor”

ANTONIO RAMOS GORDILLO
Antonio Ramos Gordillo, médico, profesor universitario y presidente de la Comisión Antidopaje de Canarias. / DA

Acumula más de 30 años entregado a la lucha contra el fraude en el deporte y es, hoy por hoy, una referencia nacional. Preside la Comisión Antidopaje de Canarias y su trayectoria, intachable y muy valorada dentro y fuera de las Islas, fue distinguida el año pasado con el Premio Canarias del Deporte. Este doctor galdense, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, representa la lucha contra la corrupción en las diferentes modalidades deportivas, pero no niega a nadie la oportunidad de enmendar su error, como explicó en una entrevista concedida al programa Viva la Radio, en Canal 4. Antonio Ramos Gordillo abandera el juego limpio con un mensaje cargado de sentido común.

-¿Qué lleva a un deportista a doparse?

“Desgraciadamente creer que es importante llegar sin saber cómo ni cuánto tiempo se va a permanecer y, sobre todo, la presión social que existe en el exterior. Cuando alguien manifiesta expectativas hay que ver la cantidad de personas que se ponen a su alrededor, muchas veces intentando ayudar, y otras intentando medrar. Esas personas, llámese entrenadores, preparadores físicos o médicos muchas veces ayudan hasta el momento en que alguien dice: “el rendimiento hasta aquí ha llegado; de aquí en adelante tendremos que cambiar, usar algo”. El algo a veces está en lo permitido o en lo no permitido. Cuando entramos en lo no permitido ya comienza una carrera sin fondo, donde desgraciadamente parece que todo vale. Desconocen que tarde o temprano las cosas saldrán a la luz”.

-¿Qué consecuencias tiene para el organismo consumir sustancias prohibidas?

“Vivimos en un mundo donde la gente no quiere escuchar. Cuando le decimos a la gente que nada es a cambio de nada, la gente no se lo cree. Cuando tú haces algo, pagas un tributo. Cuando tú le exiges al cuerpo y lo sometes a un esfuerzo que incluye el uso de fármacos prohibidos, especialmente algunos que en espacios cortos matan o que en espacios largos dejan secuelas, la gente sigue sin creérselo. Y hay mucho catedrático de la ignorancia que intenta vender que eso no es cierto. Es tan real como los estudios que hemos realizado. Introducir sustancias deportivas en el cuerpo, que además vienen condicionadas por la dosis y el tiempo de utilización, puede generar desde la muerte hasta la aparición de tumores hepáticos y en el estómago, pero también impotencia, esterilidad, crecimiento de la mama en los chicos y masculinización en las chicas. El proceso es terriblemente negativo para el organismo”.

-Después de tres decenios luchando contra esta práctica fraudulenta ¿ha habido algún caso concreto que le haya marcado?

“Cualquier positivo se me queda marcado en el cerebro a fuego, porque detrás de él muchas veces hay situaciones de ignorancia, pero también de complejidad máxima e, incluso, de necesidad de tener algo que demostrar. Hay un uso desmesurado de sustancias muy negativas para el organismo como los esteroides anabolizantes. Hemos detectado tantos casos que hasta desde los propios laboratorios nos decían que nunca habían conocido tal cantidad. Un positivo también tiene un trasfondo social. Nadie sabe lo mal que se pasa cuando un deportista da positivo y se siente señalado por la propia sociedad después de ser en un momento dado un referente importante. Todos los positivos que he detectado, desde el primero al último, me han marcado, especialmente porque algunos podían haber sido evitados si hubieran tenido la información adecuada y, otros, si no hubieran tenido malas compañías”.

“A veces el mejor agente en la lucha contra el dopaje es quien ha dado positivo”

-Vivimos en una sociedad muy propensa a la estigmatización. ¿Hay margen para la reinserción en la competición de un deportista que ha estado inmerso en un proceso de doping?

“Tiene que ser imprescindible que eso ocurra. Si salen los que matan de la cárcel, ¿cómo no va a poder reinsertarse un deportista que se confunde? Todo el mundo tiene derecho a confundirse. Pero debe haber un cambio total y absoluto de actitud y una denuncia a esa situación. No olvidemos que esas personas pueden convertirse en un ejemplo para otros compañeros”.

-¿Cuál es la modalidad de dopaje más común en el deporte?

“Hay sustancias que generan un aumento del rendimiento en espacios cortos y otras en espacios medios-largos. No todos los deportes utilizan las mismas sustancias. Si habláramos de precisión, por ejemplo en una disciplina como el tiro, podríamos decir que los betabloqueantes son las sustancias elegidas, porque te baja la presión y la frecuencia cardíaca. Pero la estrella dominante hoy en día son los esteroides anabolizantes y los péptidos hormonales, que están relacionados con la eritropoyetina. Lo que persiguen es una mayor resistencia en los deportes de fondo. Y después están los esteroides, que son productos derivados de la hormona masculina testosterona, que persiguen aumentar considerablemente la fuerza”.

-Uno de los escándalos de mayor resonancia fue el protagonizado por el ciclista Lance Armstrong. ¿El ciclismo, donde se ha puesto el foco de la vigilancia en los últimos años, es la disciplina más proclive al doping?

“Suelo diferenciar entre deportes colectivos e individuales. No hay deporte que se salga de la utilización de un producto para la mejora del rendimiento deportivo. Hay dopaje en todas las modalidades deportivas. Ahora bien, en unos más que en otros. En los deportes colectivos puede haber menos, y siempre relacionados con las sustancias adictivas, como puede ser la cocaína. Pero en los deportes individuales, como el ciclismo, el atletismo o la halterofilia, hay una mayor tendencia a utilizar esos productos porque el resultado depende de ellos. Ahí es donde mayor cantidad de porcentajes positivos detectamos. Esas personas deben saber que quien hace trampa lo acaba pagando. Es así de claro”.

-Existe la impresión que las leyes van siempre por detrás de las mentes tramposas que no paran de idear fórmulas ilegales para alcanzar el éxito. ¿Existen suficientes mecanismos de control para contrarrestar las nuevas prácticas?

“Nada es fácil en estos tiempos que corren. Al igual que existimos personas luchando a favor del juego limpio, siempre hay personas y laboratorios que trabajan a favor de sustancias para un mejor rendimiento deportivo. Hay muchos que están preocupados por el juego sucio y unos cuantos que estamos defendiendo el juego limpio. Pero no es más que un reflejo de la sociedad actual”.

-Dejando al margen el doping, ¿no cree que es necesario un ejercicio de autocrítica de los medios de comunicación, que deberían ser más sensibles con los aspectos positivos del deporte y dar menos cancha a otros que no tienen nada que ver con la competitividad sana?

“Está demostrado que cada vez que hay algo anómalo las ventas aumentan. Pero también deberíamos estimular la proyección de actitudes que son ejemplares, como aquel niño grancanario que se opuso entre el entrenador y el árbitro para que no hubiera conflicto. Tenemos la necesidad de educar porque no hay ninguna otra cuestión que nos resuelva la vida. Si la educación falla, cualquier otro parámetro va a fallar. Muchas veces el mejor agente para la defensa de la lucha contra el dopaje es alguien que ha dado positivo, porque ha entendido el daño que ha producido, tanto desde el punto de vista físico como social. No hay nada peor que querer ganar con trampa.”

“A los chicos hay que enseñarles que debe primar el juego sobre el éxito”

-En esa línea de reforzar la educación habría advertir sobre los riesgos del espíritu extracompetitivo que algunos entrenadores inculcan a chicos de corta edad…

“Es que estamos perdiendo los mejores valores. Parece que no somos capaces de generar héroes anónimos, personas que enseñen a los chicos que debe primar el juego sobre el éxito. A esos entrenadores y jóvenes deportistas tenemos que sacarlos a la luz simplemente porque la gente está necesitada de ver que hay personas que cumplen con el requisito fundamental de jugar limpio. Cuando estamos en condiciones de tenerlo todo es fácil obtener buenos resultados, pero qué difícil es, en condiciones precarias, poder ayudar a aquellos desde el ámbito social para que puedan tener un mejor resultado en la vida”.

-Usted siempre ha sido un defensor de la lucha canaria. ¿Cómo está de salud?

“En este momento intentamos conseguir ejecutar más acciones directas sobre los controles en los propios deportistas. Estamos pendientes de la Agencia de la Protección de la Salud en el Deporte para aumentar ciertas cosas que queremos hacer. Procuramos que el enfermo mejore”.