sobre el volcán

Relatos de una pasión en Las Nieves

Cada una de las piezas -más de un millar- de la colección que compone la Sala de Exvotos del Museo de Arte Sacro del Santuario de la Virgen de las Nieves encierra la historia de una vida, de un tiempo o un espacio. Es fascinante el trabajo que ha hecho el equipo de profesionales que el rector del centro mariano, Antonio Hernández, ha puesto en marcha para sacar adelante este proyecto, que permite columbrar el rico patrimonio artístico, histórico y etnográfico que alberga en su interior. De todo lo que compone esta primera fase del Museo de Arte Sacro, que es mucho, reconozco que siento una debilidad especial por la llamada Sala de Exvotos. Allí, sobre unos paneles, está reflejada la experiencia vital de una sociedad, con sus miedos y angustias, sus deseos y aspiraciones más profundas, en una relación de intimidad entre la madre de los palmeros y su pueblo, que generación tras generación ha ido fraguando un estrecho vínculo de complicidad y confianza. Hay que detenerse ante estos expositores de exvotos y fijarse en cada una de las piezas para descubrir una vida y un contexto histórico determinado, plasmado sobre una plancha de metal, en plata, oro, o fabricados más humildemente en cera. Así es fácil adivinar, por ejemplo, tras una hoja de la planta de café, hecha en plata, la historia de un agricultor preocupado por una cosecha o, al contrario, agradeciendo a la Virgen la prosperidad del cultivo. La historia de la emigración palmera a Cuba y Venezuela está también latente en estas pequeñas reproducciones. La preocupación por la salud, con los exvotos que representan la casi totalidad de los miembros del cuerpo humano, es palpable en este muestrario simbólico de algo tan poco material como es la fe. Impresionan, a creyentes y no creyentes, los relatos que narran estas obras, en una colección que está considerada la más importante de Canarias y una de las principales del mundo hispano, tal y como han coincidido en destacar varios especialistas. A todo ello hay que añadir el último hallazgo de varios centenares de fotografías guardadas desde finales de los sesenta del siglo pasado en la base de la hornacina donde se expone la Virgen de las Nieves y cuya existencia era desconocida hasta ahora.

Exvotos gráficos, dedicados especialmente a los palmeros que tuvieron que ir, la mayoría de ellos obligados, al frente durante la Guerra Civil. El Museo de Arte Sacro del Santuario de las Nieves, cuyo proyecto inició el anterior rector, Pedro Manuel Francisco de las Casas, y que ahora está en vías de concluirlo el actual párroco, dándole un giro conceptual, es una auténtica delicia que nadie debería perderse. Dirigido por Jesús Pérez Morera y coordinado por Alejandro Martín Perera, han participado en esta primera fase de su ejecución alrededor de medio centenar de personas, que han contribuido a hacer todavía más atractivo este espacio tan especial para todos los que de una u otra forma estamos vinculados a La Palma. Un entorno que se merece, ahora, un plan rector que dote de sentido a un conjunto tan singular.