TENERIFE

Una sustancia química del picudín de la palmera permitirá luchar contra esta plaga

Foto EP
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La Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias ha financiado una investigación que ha logrado aislar, identificar y sintetizar la molécula de una feromona atrayente que emiten los machos del picudo de las cuatro manchas o ‘picudín de la palmera‘ para atraer individuos de su misma especie y que permite avanzar en la lucha contra esta plaga.

El estudio ha sido realizado por investigadores del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) y del Centro de Ecología Química Agrícola de la Universidad Politécnica de Valencia, según ha informado la Consejería de Agricultura en una nota de prensa.

Estos trabajos han consistido en evaluar diversas trampas y atrayentes para controlar este escarabajo que daña a las palmeras y en la búsqueda de una feromona de agregación, es decir, una sustancia química que desprenden los machos de Diocalandra frumenti.

Una vez aislada, identificada y sintetizada, esta molécula atrayente está siendo analizada en ensayos de campo en Gran Canaria, con resultados muy positivos, lo que permite dar un paso más hacia una estrategia de control de esta plaga.

Dichas pruebas consisten en la colocación de una serie de trampas en cuyo interior se coloca el atrayente que hace que los insectos se introduzcan en su interior y queden atrapados, lo que permite reducir considerablemente sus poblaciones.

Las actuaciones futuras irán encaminadas a determinar la dosis óptima de la feromona sintetizada, el tipo de emisor, su sinergia con otros tipos de atrayentes, la disposición de la trampa y otros aspectos necesarios para establecer el mejor sistema de control de la plaga.

Los daños que el escarabajo Diocalandra frumenti provoca en la palmera canaria se caracterizan por el secado de los anillos de hojas inferiores y la pérdida de hojas –que deben podarse para evitar que puedan desprenderse sobre los transeúntes– y, en algunos casos más drásticos, la muerte de ésta.

Este coleóptero de origen asiático, de la familia de los curculiónidos, se detectó por primera vez en Gran Canaria en 1998 y se encuentra actualmente en todas las islas del archipiélago excepto en El Hierro. Constituye una de las plagas más importantes de esta especie, Phoenix canariensis, símbolo de nuestra comunidad.

Los resultados preliminares de estos estudios se presentaron a la comunidad científica en el IX Congreso Nacional de Entomología Aplicada y fueron expuestos por las doctoras Estrella Hernández, responsable del área de Entomología del departamento de Protección Vegetal del ICIA, y Elena Seris, responsable de los ensayos de campo y actividad biológica, y por el Dr. Ismael Navarro, perteneciente al equipo de químicos encargados del desarrollo de la feromona.

Los ensayos de campo han sido llevados a cabo con la colaboración de las empresas Canaragua Medio Ambiente, FCC (Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria), Gestión del Medio Rural de Canarias (GMR), y los ayuntamientos de San Bartolomé de Tirajana y Las Palmas de Gran Canaria.