fútbol

El Tenerife se condena a sufrir

Lozano tuvo alguna ocasión aislada, pero no pudo marcar. / JAVIER GARCÍA
Lozano tuvo alguna ocasión aislada, pero no pudo marcar. / JAVIER GARCÍA

El Tenerife se condenó en Oviedo a pelear por la permanencia. Liderado por un Ricardo notable, hizo un partido aceptable y no fue inferior a un equipo que ocupa la tercera plaza de la clasificación, pero pagó tanto su falta de pegada como un error defensivo que se tradujo en el único gol del partido. El grupo que ahora dirige Martí se mantiene a cinco puntos de la zona de descenso, pero no parece capacitado para aspirar a metas que vayan más allá de conservar la categoría, lastrado aún por el pésimo balance que dejó la era Agné.

Pep Martí sorprendió en el Carlos Tartiere. En la alineación y en la disposición. En el once, porque dio entrada a Cámara y Suso por Cristian García y Jairo, que se cayó hasta de la convocatoria, amén de mantener a Germán en el centro de la zaga a pesar de que Jorge había cumplido su sanción. No extrañó la presencia de Ricardo en lugar del sancionado Alberto, aunque sí resultó novedosa su ubicación como interior derecho, mientras Vitolo ejercía de pivote por delante de la defensa. De regreso a su posición natural, Ricardo ofreció media hora antológica, con un repertorio de envíos profundos y llenos de intención que Lozano y Suso, en situación de ventaja ante Estaban, se encargarían de desaprovechar. Capaz de ver unas líneas de pase donde otros sólo ven piernas, el ocho blanquiazul permitió que el Tenerife tuviera la iniciativa ante un Oviedo sorprendido, pero que no le perdió la cara al partido y amenazó a Dani gracias a la jerarquía de Susaeta a balón parado.

La porfía de Lozano y la presión colectiva, con gran incidencia de Aitor Sanz, incomodaban a un Oviedo que tuvo sus opciones por medio de Koné (min 4) y Toché (min 9), aunque el gol parecía estar más cerca de la portería de Estaban, quien respondió con acierto a una falta bien lanzada por Ricardo (min 15). En todo caso, se trataba de un trámite parejo que Sagués Oscoz no quiso desequilibrar, perdonándole la expulsión a Verdés (min 22) tras golpear a Omar en el suelo en una acción que no pareció fortuita.

En un campo cada vez más pesado, el partido estaba donde quería el Tenerife. Y fue entonces cuando marcó el Oviedo. Una indecisión de Saúl García, que dejó centrar con excesiva comodidad a Susaeta, la pagó cara el grupo de Martí. A la rosca del centrocampista local no llegó Germán, que pifió el despeje, lo que aprovechó Toché para cabecear abajo y con potencia, imparable para Dani. No merecía perder el Tenerife por su fútbol, pero sí por los errores que acumuló en esa acción.

La desventaja en el marcador no sacó del partido al conjunto visitante, aunque sí le permitió jugar más cómodo al Oviedo, que optó por dar un paso atrás para salir al contragolpe, aunque no acertó en su propósito de protegerse con el balón. En espera de poder cerrar el choque con más espacios, los asturianos concedieron demasiadas opciones al Tenerife, que pudo empatar antes del descanso por medio de Lozano (min 26), Saúl (min 38) o Aitor Sanz (min 40), aunque ninguno acertó con la portería de Esteban.

Más puntería tuvo el Oviedo en su única aproximación y Michel (min 32) al menos hizo intervenir a Dani, que en la segunda mitad ya sufrió con más frecuencia, una vez que Ricardo perdió peso en el centro del campo, aunque se mantuvo de largo como el elemento con más claridad del Tenerife y su mejor vía para llevar peligro al área rival. Eso sí, el Oviedo supo adaptarse mejor al ida y vuelta en el que se convirtió el partido y a la pesadez del terreno de juego y Koné (min 55) y Susaeta (min 68) rozaron el gol.

Martí lo intentó con Cristo González y Nano, prescindiendo incluso de Vitolo y olvidando el trivote. Con eso le dio para aproximarse al área local, pero no para inquietar a Esteban. Un inocente disparo de Cristo a las manos del portero local cabe contabilizarlo como el primer remate del Tenerife en la segunda mitad. Y para entonces ya había pasado casi media hora de juego. Y a partir de ahí, ya con Moutinho sobre el césped, no hubo mucho más porque Nano (min 80) pifió un disparo sencillo tras una alocada salida de Esteban.
Más eficaz resultó Nano poco después, cuando le arrancó a Sagués Oscoz la expulsión de Verdés, lo que invitó a Egea a prescindir de Toché y refugiarse junto a Esteban. A partir de ahí, el choque se convirtió en un monólogo del Tenerife, tan lleno de voluntad como falto de ideas. El estado del terreno, muy pesado, tampoco ayudó a un equipo que se aproximó mucho al área rival, tiró infinidad de centros y disfrutó de varios saques de esquina… pero no tuvo ocasiones de gol.

Y para que no faltara nada, tampoco encontró la complicidad arbitral en una caída de Moutinho en el área ovetense (88′), en una acción fronteriza, de esas que fuera del área son consideradas como falta y que en algunos casos también se sanciona con penalti. Aunque eso no debe sorprender a un Tenerife que, disputadas ya 25 jornadas, se mantiene desde hace mucho tiempo como el único equipo de la Liga Adelante al que no le han señalado un penalti a favor.