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El tinerfeño Jairo Martín publica su tercer disco, con colaboración de Jaime Urrutia incluída

De gran parte de las guitarras de nuestro disco se ocupó el grandísimo Javi Arpa, crack en las 6 cuerdas y excelente compañero, un auténtico lujazo haber podido contar con él!! Mil gracias, Javi!!!!….MUY PRONTO…#HombresMejores

Posted by Jairo Martín on Martes, 19 de enero de 2016

Jairo Martín, pianista, guitarrista y cantante de Icod de los Vinos pero establecido en Madrid desde hace 7 años, anda de estreno con su tercer disco, Hombres Mejores, un álbum de corte clásico en donde el escritor e intérprete se mueve entre los ámbitos del rock en español y sus alrededores.

El disco viene acompañado de un libro de 26 páginas a todo color en donde brillan con luz propia las imágenes e ilustraciones del diseñador gráfico Quique Armas (ilustrador de las colecciones Bunbury/Héroes del Silencio y Serrat y Sabina, ambas para EL PAÍS).

El álbum cuenta con la participación de destacadas figuras en el panorama musical nacional, de la talla de Jaime Urrutia (Gabinete Caligari), que canta a dúo con Jairo Puntos de break; Vicente Climent (Serrat, Miguel Ríos, Santiago Auserón); Jopi (Melendi); Javi Arpa (Chenoa); Marcelo Novati (Ketama, Presuntos Implicados) y Luis Dulzaides (Alejandro Sanz) entre otros.

Hombres Mejores ha sido grabado en El Escondite Producciones, en Madrid, bajo la producción de Kike Eizaguirre, Iván Domínguez (Melendi, Barón Rojo, Ketama, etc) y el propio artista.

Jairo nos habla en sus canciones de las vivencias del músico pobretón y elegante, resistente bohemio, noctámbulo de comentario agudo, carcajada pronta y corazón abierto a las emociones más tremendas, algo que se puede apreciar sin esfuerzos en sus grandes directos. Encontraremos historias de amores nuevos, pasajeros e imposibles, de instantes detenidos, retratos agridulces y ciudades por cautivar. Este personaje, igual que Max Estrella en Luces de Bohemia, te invita a pasar una noche de las suyas, que arranca al caer la tarde en la quietud de un cuarto, entre un piano, un bloc de apuntes y un tocadiscos de segunda mano; y continúa más allá del alba, cuando se bajan las persianas para preservar la intimidad que otorga la penumbra, entre amigos, licores, chicas y guitarras.