Titiriteros: de locos

El caso de los titiriteros madrileños no tiene desperdicio.

De entrada despierta una sonrisa socarrona por observar los enfáticos esfuerzos del Partido Popular en desviar la atención pública del caso de corrupción institucionalizada que protagonizan en Valencia.

Que personajes con credibilidad tan escasa o nula como el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández, eleven el tono ante una chorrada de estas características tiene un pase.

Que lo hagan personas aparentemente más serias como la presidenta madrileña actual, Cristina Cifuentes, llama más la atención.

Imagínense al concejal de Fiestas de Santa Cruz de Tenerife leyéndose a priori las letras de las murgas para comprobar si guardan el decoro debido.

En cuanto a la protección del público infantil, sólo recordarles que vivimos en el país que emite Sálvame en horario de tarde.

Y, sin embargo, el juez mantiene en la cárcel a los dos titiriteros. De la que se salvaron los autores de películas como Días Contados o Yoyes. Es de locos… o de necios.