LEOLANDIA: POR ANDRÉS CHAVES

Yo tampoco le habría dado la mano a Sánchez

Lo bueno de todo esto es que tanto Rajoy como Sánchez saben que se tiene que ir. Sánchez no se lo acaba de creer; Rajoy está convencido. Lo del viernes fue otra escenografía estúpida, que no valía sino para los fotógrafos. Rajoy vio perfectamente cómo el otro le extendía la mano, cara a la galería. Yo tampoco se la habría estrechado después de llamarme indecente. Un susceptible PSOE lanzó enseguida un mensaje por las redes sociales. Están muy nerviosos todos. Hasta Rajoy. Más que nada porque nadie sabe lo que va a pasar. España está en manos del PNV y de los independentistas catalanes. Quién lo iba a decir, con lo grande que es España.

Y así estamos, incapaces de formar Gobierno. Ahora los de Ciudadanos dicen que podrían pactar con el PSOE y pedir ambos la abstención de Podemos en la investidura. PSOE+Ciudadanos+marginales, igual a Gobierno. Tampoco me lo creo. A Sánchez le queda un largo camino, el de sus militantes y sus barones y también que no le traicione alguno de los suyos. Es difícil. Para mí que las nuevas elecciones no nos las quita nadie. Y esto es lo que prepara ya el PP.

Ahora me gustaría hablar de las extrañas coincidencias de las redadas policiales/judiciales en los momentos álgidos de las conversaciones. Miren, yo ya soy mayor y no creo en las coincidencias. O, al menos, sí creo que existen coincidencias muy extrañas. Estas filtraciones judiciales, intolerables, y estas decisiones judiciales en tiempos difíciles, me parecen raras. Me dirán que la justicia no entiende de coincidencias, sino que actúa cuando tiene que actuar. Y yo digo que ja, ja, ja. Por eso yo siempre escribo justicia con minúscula, porque no creo en ella. No creo en la divina, ¿cómo voy a creer en la de los jueces de la Audiencia Nacional?

Y lo malo es que España, con estas provisionalidades, baja muchos enteros en su consideración en Europa. En los países en los que la izquierda radical está metiendo la zarpa, hay caos. Hay recesión en Portugal, que acabará en otro rescate; y la hay en Grecia, que puede terminar en guerra civil de jubilados contra Tsipras. Los extremos son horribles para la democracia. Y Podemos, por ejemplo, no es sino una mala imitación del chavismo, al que tanto contribuyó. Son los asesores de Chávez los que ocupan algunos escaños de nuestro Congreso de los Diputados. No sabemos sino importar lo malo.

MARIANO RAJOY Y PEDRO SÁNCHEZ

Es verdad que el PP se ha ganado a pulso su desgracia, pero no es menos verdad que si cuantificamos en millones de euros la mamanza, ha mamado más el PSOE. Lo que pasa es que el PP tampoco ha sabido vender la mamandurria ajena y el PSOE si ha sabido alardear la deshonestidad del PP. Las cosas como son.

Y así está el asunto. La guerra peninsular nos hurta noticias políticas de Canarias que tirarnos a la cara, cada vez más escasas. ¿Sufrirá el actual pacto si hay nuevas elecciones? No, no tiene por qué. No hay problema. No pasa nada en Canarias. Si no fuera por el turismo, que no falla, nos estaríamos comiendo nuestros propios plátanos, porque aquí otros sectores no se mueven o se mueven muy poco.

¿Y qué nos depara el futuro a los españoles? He ahí la cuestión. Sánchez fue más valiente que Rajoy y aceptó una posible inmolación, que no creo que le salga bien, aunque quién sabe. Y a Rajoy nadie lo quiere. Es como el patito feo del cuento, nadie quiere pactar con él y cuando parece que lo va a conseguir, va un juez y le mete otra redada. Hay que ver qué mala suerte tiene el PP, incluso cuando roba… presuntamente, claro, porque por ahora lo que hay son indicios, investigados, sospechas y acusaciones del PSOE adelantándose a los acontecimientos. Y mucha filtración, que es marca de nuestra justicia.

Y así estamos, desocupados lectores, señoras y señores. Esperando a Godot, como diría Samuel Beckett, esperando con mucha paciencia a que el tal Sánchez logre los apoyos ya costa de qué, si de destruir a su partido, si de destruir a su país, que sería tanto como destruirse a sí mismo. Esta España nuestra, que decía Jarcha, tiene menos futuro que el sastre de Tarzán, ya lo ven ustedes. Sólo hay que esperar a que esta próxima semana a alguien se le ilumine la bombilla y pase algo positivo. Porque Sánchez todavía debe consultar a eso que ellos llaman “la militancia”, que los barones territoriales den el visto bueno y que el Comité Federal dé el placet para cualquier maniobra final. No es fácil, yo no lo veo. Yo me inclino más por la segunda vuelta, cuyos resultados se van a parecer mucho a los de la primera. Si acaso se estampará el PSOE, fagocitado por la izquierda radical.

Es lo que suele ocurrir cuando un partido ejerce como izquierda radical, sin serlo. Porque ya está Podemos para eso. Y a los dirigentes de UGT y CC.OO, cuidado. Si el PSOE es fagocitado, adiós UGT; si Izquierda Unida se integra en Podemos, adiós CC.OO. Porque ellos tienen su propio sindicato. Se llama Somos y vuela como un buitre al acecho de las generosas subvenciones sindicales que pagamos todos. Oído cocina.