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Hacer ejercicio de alta intensidad con electroestimulación permite quemar hasta un 30% más de calorías

Foto EP
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Realizar un entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT, en sus siglas en inglés) acompañado de electroestimulación integral genera un consumo calórico hasta un 30 por ciento más elevado que hacer ejercicio aeróbico convencional, según los resultados de un estudio de la Universidad de Granada (UGR).

Además, este tipo de ejercicio combinado incrementa la tasa metabólica durante varios días tras hacer el esfuerzo (el cuerpo sigue quemando calorías), mientras que el trabajo aerobio convencional supone un gasto calórico menor, y tan solo durante el ejercicio, pero no a posteriori.

Son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del Grupo Effects-262, pertenecientes al departamento de Fisiología de la Universidad de Granada (Facultad de Medicina), publicado en la Revista Andaluza de Medicina del Deporte.

En este trabajo, llevado a cabo por el grupo ‘Effects-262′ del departamento de Fisiología de la UGR y cuyos resultados publica la ‘Revista Andaluza de Medicina del Deporte’, participaron 12 sujetos sedentarios, con un índice de masa corporal (IMC) superior a 35, que se sometieron a tres tipos de entrenamiento en tres lunes consecutivos, de forma aleatoria y randomizada.

Previamente, los investigadores determinaron a cada uno su metabolismo basal mediante análisis de gases durante 30 minutos, en ayunas, a primera hora de la mañana, tras 10 minutos de estabilización.

Además, a los 60 minutos del entrenamiento, y a las 24, a las 48 y a las 72 horas, se volvió a realizar la metabolimetría basal y DXA (sistema de referencia en la evaluación de la composición corporal).

Todas las sesiones fueron monitorizadas mediante un pulsómetro, pulsioximetría, medida de la tensión arterial y percepción subjetiva de bienestar.

LACTATO EN SANGRE

El trabajo de alta intensidad más EMS mostraba unos mayores niveles de concentración de lactato en sangre al finalizar el entrenamiento de alta intensidad (15,6 mmol. L-1) que los producidos al realizar un trabajo de tipo aerobio (2 mmol. L-1).

Además, los investigadores también encontraron diferencias significativas en el consumo de oxígeno basal post-esfuerzo en situación previa, a los 60′, a las 24, 48 y 72 horas tras los diferentes tipos de entrenamiento.

Los niveles de déficit de oxígeno basal alcanzados en el entrenamiento de electroestimulación y HIIT se elevaron notablemente por encima de los alcanzados en el pre-test hasta 72 horas después de haber realizado el entrenamiento, dándose diferencias significativas con el trabajo de tipo aerobio, tras el cual los niveles de VO2 (el consumo máximo de oxígeno que el organismo puede consumir en un tiempo determinado) alcanzaron valores similares a los obtenidos en el pre-test en 60 minutos.

El profesor de Fisiología de la UGR Ángel Gutiérrez Sáinz destaca que una sesión semanal de 20 minutos de HIIT combinada con electroestimulación “genera unas ventajas neurológicas, metabólicas y funcionales extraordinarias, tanto en personas sedentarias, deportistas de élite con alguna lesión como en atletas que estén entrenando”.

Gutiérrez advierte de que este tipo de entrenamiento con chalecos de electroestimulación “no puede en ningún caso pretender ser un sustituto para el deporte, pero sí es un excelente complemento para el mismo, y siempre debe ser administrado por personal experto”.

El investigador de la UGR advierte que la estrategia comercial que ha tenido la electroestimulación “le ha reportado más daños que beneficios, pero es un sistema muy efectivo que, controlado por profesionales, incrementa los beneficios del ejercicio, ya que nos permite activar más de 300 músculos de todo el cuerpo de manera simultánea”.