Me entero por El País de los 50 años que cumple la colección de libros de bolsillo de Alianza Editorial y eso me lleva a proponerme un ligero ejercicio de memoria -o de arqueología doméstica- acerca de cómo se va construyendo una biblioteca personal
Bien. El sábado se cumplen dos meses de las elecciones generales y parece que el personal anda entre cansado e impaciente ante la ausencia de un nuevo Gobierno y la sucesión de encuentros y desencuentros para desenredar el lío
Jonas Jonasson, el escritor sueco autor de la novela El abuelo que saltó por la ventana y se largó -éxito de ventas y de lectores; aunque lo segundo parezca consecuencia de lo primero, sabemos que no siempre es así-, defiende en una entrevista concedida a El País, con motivo de la publicación de su último libro, El matón que soñaba con un lugar en el paraíso, la utilidad del humor, “porque si viéramos la verdad saltaríamos de una roca”
Vamos a ver si lo entiendo. La idea sería algo así como que lo que han hecho algunos de nosotros durante todo este tiempo está mal, no tiene ninguna justificación
Supongo que existirá algún nombre para definir ese curioso fenómeno de observar cómo las ideas que surgen en la duermevela pierden todo el sentido una vez que nos hallamos plenamente despiertos
¿Por qué la mayoría de líderes políticos salieron a celebrar sus resultados como siempre, pero uno tiene la sensación de que esa noche hubo más perdedores que nunca?
Donald Trump, ese multimillonario que podría ser un ejemplo de libro sobre la enorme distancia que a menudo se da entre la inteligencia emocional y la habilidad para amasar una fortuna, ha vuelto a escribir una página nauseabunda en el argumentario con el que pretende llegar a ser presidente de Estados Unidos
Al parecer, uno de los lugares comunes que visitan los que interpretan la obra de Franz Kafka es, precisamente, la necesidad de no recorrer una vez más los lugares comunes urbanizados con el paso de los años sobre el autor de La metamorfosis
Es una mezcla de sentimientos. Una ambivalencia en la que, me temo, predominan las emociones negativas. A Gerardo Díaz Ferrán, quien fuera todopoderoso presidente de la CEOE, el jefe de casi todos los jefes, se le ha estropeado el audífono
Sí. Quizás sea preciso llamarlo de una vez guerra. Sin un frente claro o con unas trincheras que se pueden cavar en cualquier sitio. En una calle, una estación de tren, un centro de negocios, una cafetería, una sala de conciertos…
Warner Bros. estrena el 4 de diciembre ‘En el corazón del mar’, el filme rodado en La Gomera, dirigido por Ron Howard y protagonizado por Chris Hemsworth, basado en el hundimiento del ballenero Essex en 1820
Quizás sea un problema de perspectiva, pero no deja de ser curiosa esa inclinación que tenemos a construir vallas. O a derribarlas y volver a levantarlas en un permanente proceso de sístole y diástole
Supongo que es mucho más fácil sentirse decepcionado que ilusionarse. Observar que las cosas no eran como las pintaban que ver las expectativas cumplidas, o al menos apreciar que se está en el camino
Cuando el autor de cómics norteamericano Art Spiegelman realiza Maus. Relato de un superviviente, entre 1980 y 1991, decide animalizar a los seres humanos que intervienen en su narración
“Hay, hermanos, muchísimo que hacer”. Aún hoy, una semana después, me asalta una extraña sensación cada vez que me viene a la cabeza la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, citando al poeta peruano César Vallejo
Empeñado como estaba en apaciguar las certidumbres de las horas previas al desayuno, había hallado una especie de argumento contra ese brote nacionalista que en ocasiones le asaltaba: Kiribati