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Consume unos 15 gramos de cocaína durante una noche en el calabozo

   

En un calabozo de la Comisaría del CNP en Aguere pasó la noche. / J.G.

En un calabozo de la Comisaría del CNP en Aguere pasó la noche. / J.G.

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Un joven tinerfeño de 27 años que increpó al titular de un juzgado de La Laguna y al que se le encontró droga tanto en su coche mal aparcado como entre sus ropas y hasta en sus dos domicilios ha sido absuelto por la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife en sentencia hecha pública hace unos días. A pesar de lo que parece, la decisión dictada por la Sección Quinta fundamenta ampliamente su decisión absolutoria, básicamente porque el joven es un adicto que actuó bajo el efecto de las drogas y porque tampoco se probó fehacientemente que trafique con estupefacientes.

Los hechos arrancan una mañana de junio de 2011 en La Laguna, cuando el joven aparcó su turismo sobre un paso de peatones y llegó hasta el despacho del titular de un juzgado de lo Penal al que increpó. Los policías que lo arrestaron ya encontraron en el turismo una pequeña bolsa con lo que podía ser cocaína.

Ingresado en el calabozo, cuando al día siguiente se procedió a su traslado a los juzgados se le encontró otra bolsa, esta con 44,7 gramos de cocaína. Posteriormente, en sus dos domicilios se hallaron 234 gramos de hachís y pequeños restos de cocaína.
Sin embargo, a estos hechos probados hay que aplicar unos fundamentos jurídicos, siendo el primero de los cuales la presunción de inocencia del acusado.

Explica la sentencia que tanto en el altercado con el juez lagunero como a la mañana siguiente el joven se encontraba bajo los efectos del consumo de la cocaína, al punto que explicó que acudió a los juzgados para quejarse de que, en su paranoia, estaba siendo grabado continuamente por la policía. Igualmente, su abogado defensor -el conocido penalista tinerfeño Avelino Míguez- aportó pruebas de hasta tres tratamientos de deshabituación (uno de ellos el que sigue en la actualidad), así como de hasta nueve ingresos en Urgencias motivados por su adicción.

Sobre la posesión de droga, la sentencia destaca que teniendo el grado de pureza de la cocaína encontrada (la que salió del calabozo, porque la del coche no llegó al juzgado y la del piso era insignificante), su cantidad se reducía a unos diez gramos. Algo parecido pasó con el hachís.

Y como los baremos de cantidades establecidos por la jurisprudencia para dilucidar en lo posible si se trata de posesión para el consumo o tráfico son en todo caso “pautas o baremos orientativos basados en el consumo medio diario [que] no pueden coartar de una forma absoluta la libertad apreciativa y valorativa de las pruebas por parte del Tribunal”. Salvo una gramera, esas pruebas de tráfico brillaron por su ausencia en el juicio.

In dubio pro reo.

Hasta 15 gramos en el calabozo

En la sentencia que protagoniza hoy esta sección se explica que, comoquiera que se arrestó al joven (que ha resultado absuelto en la Audiencia provincial) por increpar a un juez de La Laguna, los agentes encargados de su custodia solo le hicieron un cacheo superficial en busca de armas antes de meterlo en un calabozo. Sin embargo, y como se comprobaría a la mañana siguiente, en sus genitales escondía el joven una bolsa con cocaína. Según explicó en la vista, consumió cocaína toda la noche anterior al día de su detención “por lo que cuando llegó al juzgado estaba con un brote psicótico pensando que le estaban grabando. Igualmente afirmó que tras su inicial detención por el altercado en el juzgado, estuvo toda la noche consumiendo cocaína en el calabozo (unos 15 gramos) empezando a delirar y a chillar cuando por la mañana lo sacaron para llevarlo al juzgado de guardia, derramándosele la cocaína” en hechos que tuvieron lugar en las dependencias de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en La Laguna.