Mills luchó contra ‘el Decapitador’ y apenas tardó segundos en morir

Imagen de una sesión del juicio contra Dejanov por asesinato, vista que es probable que termine hoy. / FRAN PALLERO

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Jennifer Mills-Westley, la británica de 60 años decapitada el 13 de mayo de 2011 en una tienda de Los Cristianos, se defendió del brutal ataque sufrido y apenas tardó unos segundos en morir desangrada tras los primeros cortes en el cuello, según desvelaron ayer en la Audiencia provincial los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife que le realizaron la autopsia. Ayer finalizó la fase pericial de este proceso que se sigue por asesinato contra Dejan Dejanov, más conocido como el Decapitador, con la entrega de las conclusiones de las partes: mientras el fiscal mantiene su solicitud de 20 años de internamiento psiquiátrico, la defensa añadió a la inicial absolución una petición de mínima pena (15 años) en caso de ser condenado. Hoy se entrega el llamado objeto del veredicto y, presumiblemente, a la tarde habrá sentencia.

Sin duda fue el alegado del abogado defensor lo más destacado de la jornada de ayer. Francisco Beltrán, del turno de oficio, presentó a Dejanov como un enfermo muy grave y crónico que nunca sanará totalmente. Argumentó que el búlgaro es una víctima de múltiples errores, un chivo expiatorio del que sostuvo que si hubiera sido internado a tiempo “ahora Jennifer Mills-Westley estaría viva y nosotros no estaríamos aquí”.

Para Beltrán, este juicio ha demostrado que fueron muchos los que sabían que Dejanov tenía graves problemas mentales, y que así constaba en los archivos. “Tuvieron seis meses para ingresarlo -afirmó el letrado- por lo que otras personas [además de Dejan] deben asumir su responsabilidad”, señalando expresamente al Servicio Canario de Salud.

Beltrán hacía así referencia al medio año anterior a la decapitación que el búlgaro pasó en el Sur y que estuvo jalonado de al menos cuatro detenciones, un arresto de dos semanas en la Unidad Psiquiátrica de La Candelaria y hasta una requisitoria desde un juzgado que estaba en vigor cuando se produjo el crimen. Por todo ello, el abogado pidió al jurado que tengan en cuenta todo el trasfondo el asunto.

Por su parte, el fiscal dejó claro que el jurado sólo debe decidir dos cosas fundamentales: si Dejan asesinó a Jennifer o no, y si está enfermo o no.

CON LAS MANOS

El resto de la jornada estuvo centrado en la declaración de los doctores, tanto los forenses de la autopsia como los psiquiatras que tratan al acusado en el centro penitenciario hospitalario de Sevilla en el que ha estado internado desde aquel infausto día.

De los primeros, además de lo señalado anteriormente, destacar que explicaron la enorme fuerza que tuvo que aplicarse para separar la cabeza del tronco, una operación cuyo final tuvo que ser tirando con las manos y no con el cuchillo.

De los segundos, que dejaron bien claro que Dejan nunca sanará del todo. En cuanto a si bastan dos semanas para tratar una enfermedad como la de Dejan, apuntaron que estos casos requieren de un tratamiento muy a largo plazo, pero que esos 15 días pueden bastar para remitir una fase aguda.

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SUS ÚLTIMAS PALABRAS ANTES DEL VISTO PARA SENTENCIA

Jueza: “¿Tiene algo que decir?
Acusado: “¿Quince son el mínimo o el máximo?
Jueza: “Es lo que pide su abogado. ¿Algo más?
Acusado: “Sí. Soy Jesucristo”

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