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Dejan Valentinov ‘el decapitador’ ya está en Tenerife II y niega los hechos

   


Dejan Valentinov Deanov es el protagonista de este video colgado en YouTube un año antes de cometer su brutal crimen en el sur de Tenerife.


TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Dejan Valentinov Deyanov, el búlgaro que decapitó a una británica a la que no conocía en una aciaga mañana del pasado mes de mayo en Los Cristianos, niega ahora los hechos a pesar de las evidencias que lo demuestran, incluido un vídeo y numerosos testigos.

Esta actitud de Deyanov impide que una sentencia de conformidad dictada por un magistrado de la Sección Sexta evite la vista oral con tribunal de jurado popular que sin duda será objeto de gran atención mediática dada la impredecible personalidad del acusado y el hecho de que tan triste suceso tenga repercusión internacional al ser la víctima una ciudadana británica, Jennifer Mills Westley, que contaba con 60 años de edad cuando sufrió el brutal e injustificado ataque mortal.

A este respecto, cabe reseñar que finalmente la familia de Westley no será acusación particular en este proceso.

Por lo que respecta a Deyanov, llegó el pasado jueves al centro penitenciario Tenerife II desde el centro hospitalario penitenciario sevillano en el que está recluido desde que tuvo lugar este crimen, acaecido en un bazar de la referida localidad turística del término municipal de Arona, en el Sur.

Las fuentes consultadas explican que Dejan ofrece un aspecto físico muy distinto a cuando fue arrestado, sobre todo porque ha ganado peso.

Sin embargo, desde la perspectiva intelectual poco parece haber cambiado en la mente de este sujeto, que se cree un profeta que oye voces y al que una película sobre un alienígena decapitador terminó por iluminar semejante pérdida de la razón que costó la vida a Jennifer Mills. Como adelantó en su día DIARIO DE AVISOS, los especialistas que tratan al búlgaro en Sevilla elaboraron un informe psicológico de Dejan cuando ya llevaba un par de meses en la capital andaluza. Según estos médicos, sufre una alteración mental consistente en una esquizofrenia paranoide en fase aguda.

Tal documento, remitido por el Servicio Andaluz de Salud y que cuenta con la rúbrica tanto del jefe de Servicio de Psiquiatría Forense y de un especialista forense -ambos del Instituto de Medicina Legal local-, señala además que tal dolencia le supone a Dejan la anulación de sus facultades tanto intelectivas como volitivas. Lo que es lo mismo, no sabe lo que hace ni sabe lo que quiere hacer.

Esta anulación -continúan los mismos especialistas- deriva en una “práctica abolición del juicio de realidad”, proviniendo de un trastorno que entienden “crónico”, advirtiendo además que “persiste el núcleo delirante”.

Así las cosas, no es de extrañar que los doctores recomienden que continúe internado en las condiciones actuales, opinión que probablemente decidirá el futuro procesal de Dejan.

Sin embargo, cabe recordar que antes de aquella triste mañana de mayo Dejan fue puesto en libertad por psiquiatras británicos en enero de ese año, lo buscaba un juzgado de Arona por no presentarse y la Policía Local realizó cuatro informes alertando sobre su presencia, con el lamentable resultado que ha tenido este caso.

En definitiva, Dejan era una bomba de relojería en la que se concentraban los cuatro elementos de riesgo que desembocan en la desgracia; una enfermedad mental grave, carencia de tratamiento y seguimiento médico, soledad-abandono-indigencia y el consumo de drogas.

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¿La mató porque ella vio el cuchillo?

Un crimen tan horrendo como gratuito. Del visionado de lo sucedido aquella mañana del 13 de mayo de 2011 en un bazar de Los Cristianos se puede deducir que la víctima fue la británica Jennifer Mills Westley como pudo ser la pareja que justo antes se cruzó en aquel estrecho pasillo del establecimiento con Dejan. Mientras Dejan avanza, la pareja sigue sin imaginar siquiera lo cerca que están del drama, pero Jennifer mira al búlgaro y advierte que porta un gran cuchillo. Éste se da cuenta e, inopinadamente, arremete contra la británica con una ferocidad brutal, al punto que no cesa hasta que le corta la cabeza, dramático trofeo con el que huye hasta que un turista y un miembro de seguridad privada logran reducirlo. Ya entonces se informó de los delirios de Dejan, que se cree un profeta que oye voces y al que una película sobre un alienígena decapitador terminó por iluminar semejante pérdida de la razón.

Con la celebración de la vista oral, el visionado del vídeo de este crimen será, sin duda, un desagradable pero necesario hito para la suerte del proceso.

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