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Los increíbles rayos de Röntgen

DANIEL GARCÍA | Santa Cruz de Tenerife

Wilhelm Rontgen
Wilhelm Conrad Röntgen. | DA

Wilhelm Conrad Röntgen (1845-1923) fue un físico alemán, de la Universidad de Würzburg, que el 8 de noviembre de 1895 produjo radiación electromagnética dentro de tubos catódicos en las longitudes de onda correspondientes a los que actualmente llamamos rayos X.

Sus trabajos de investigación empezaron centrándose en el calor específico de los gases (1870), y unos años más tarde publicó un artículo sobre la conductividad térmica de los cristales. La carrera de Röntgen permaneció ligada a los problemas relacionados con los campos electromagnéticos y las propiedades de los materiales y los fluidos. Quizás por este motivo, allá por la década de 1890 estaba inmerso en unos experimentos en los que intentaba comprender los fenómenos observables al hacer pasar una corriente eléctrica a través de un gas a una presión extremadamente baja. El porqué de este interés está claro si hablamos del tubo de rayos catódicos, que es un tubo en el que se encuentra confinado un gas a presiones bajísimas y al que se aplica una corriente eléctrica de voltaje intensísimo.

Muchos otros científicos habían trabajado con este dispositivo, así que era bien conocido en la época en que Röntgen experimentaba con él. Había recubierto un tubo catódico con cartón negro tratando de ver si, tal como decía su colega alemán Lenard, ciertas ondas salían del tubo.

Muy cerca, situó una pantalla fluorescente con el fin de comprobarlo. ¡Cuál no fue su sorpresa cuando ve el esqueleto de su mano proyectado sobre la pantalla fluorescente! Reemplaza entonces la pantalla fluorescente por una placa fotográfica y obtiene de esta forma el primer cuché radiológico, la primera radiografía: los huesos de su dedo en claro sobre fondo negro…

RAYOS MISTERIOSOS

Así pues, ¿qué son esos rayos misteriosos que penetran la materia, pero que se detienen ante los huesos? Durante sus experimentos, Röntgen descubrió que podía ver a través de las cosas, como un superhéroe. Probó con objetos dentro de cajas de madera, y también pudo verlos. Pero el momento más escalofriante fue cuando pudo ver los huesos de su propia mano. Röntgen, sin embargo, no apareció inmediatamente después en los medios de comunicación para anunciar su descubrimiento. Lo que pensó inmediatamente es que estaba loco, pero lo cierto es que ese descubrimiento fue casual y a la vez no lo fue.

Publica su trabajo y a esos rayos los llama rayos X (como no conocía su naturaleza, y en matemáticas, la incógnita suele llamarse x, decidió bautizarlos así). Por ello recibió el premio Nobel de Física en 1902, por más que la naturaleza de los rayos X no se conozca hasta 16 años más tarde, gracias al trabajo de Max von Laue en Múnich.

El descubrimiento de Röntgen despierta enseguida un enorme interés, sobre todo entre los médicos, porque en adelante dispondrán de un medio de exploración del cuerpo humano, técnica que explotan inmediatamente, pero también entre los físicos, intrigados por este nuevo fenómeno. Al observar que con las radiografías las zonas duras o más densas del cuerpo, aparecían de manera nítida en las fotografías, el campo traumatológico, principalmente, vio posibilidades ilimitadas para mejorar su trabajo diario, como asimismo el relacionado con emergencias médicas. Más adelante, se le dio un uso, en la detección de tumores sólidos en el organismo humano.

FENÓMENO EXTRAÑO

La gran capacidad investigadora de Röntgen le permitió profundizar en el fenómeno extraño que había experimentado, y se empeñó en verificarlo o refutarlo.

Así experimentando, logró comprobar ciertas propiedades de estos rayos X, como que aparentemente podían atravesar muchos materiales (excepto el plomo). Posteriormente se demostró que los rayos X tenían la misma naturaleza que la luz, pero eran de una mayor frecuencia

Estos trabajos, realizados principalmente en 1895, valieron a Röntgen el Premio Nobel de Física de 1901.
En definitiva, han supuesto en la humanidad un avance importantísimo en el campo de la medicina al lograr, por ejemplo, reducir el grado de invasión en el cuerpo humano y detectar muchos problemas a simple vista.