VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife
Qué les (nos) pasa a las mujeres que, ahora, no solo confesamos públicamente que nos gustan las novelas románticas con final feliz (sí, ya se… no a todas), que lloramos con las pelis de chico-busca-chica y se casan tras mil peripecias absurdas (sí, insisto, que no a todas…) y que seguimos yendo a las librerías para comprar obras que nos hagan soñar… Pero, además, que contengan escenas explícitas y muy picantes de sexo. ¿Recuerdan el anuncio de una librería por internet donde pillaban a mujeres leyendo Cincuenta sombras de Grey digamos… que con una sola mano? Pues eso no es irreal. El gran éxito editorial de este libro demuestra que las mujeres (principal público de esta trilogía, aunque no único) quieren (queremos) hablar de sexo abiertamente, practicarlo sin pudores y convertirlo en una parte importante de nuestras vidas sin ser tachadas de ninfómanas o cosas mucho peores.
Olivia Ardey publicó hace unos meses su tercera novela: Bésame y vente conmigo y esta semana estuvo en Canarias promocionando esta obra con pasajes que en la televisión de los años 80 les pondrían dos rombos.
Es una de escritoras españolas que conoce muy bien el fenómeno Grey y que se define como una autora de novela romántica donde (como en toda relación amorosa) hay sexo.
Ante la cuestión ¿qué ha pasado a las mujeres tras el fenómeno Grey? responde: “Que hemos dicho que vamos a leer lo que nos gusta. Yo escribo romántica con sexo porque el sexo es inherente al amor”. Recalca que tras el boom de la famosa trilogía o de otras como Pídeme lo que quieras, las mujeres simplemente dicen claramente: “Qué bien me lo paso leyendo este tipo de obras y recomendándoselo a mis amigas y a las madres del colegio de mis hijos…”.
Ante la pregunta de si las mujeres han salido del armario en este sentido, asegura que no le hace mucha gracia esta definición porque “no estábamos dentro, sino, simplemente, que ahora se habla más abiertamente y sin pudor”.
Muchos consideran que el gran éxito de la trilogía donde ella se convierte en una sumisa es solo una moda pasajera y que este tipo de novela sucumbirá como otras tantas. Sin embargo, Olivia Ardey asegura que “es muy posible que la erótica con sagas pase de moda, pero lo que nunca dejará de estar en las librerías es la romántica en las que, además, hoy en día todas llevan explícitamente sexo”.
Hay que recordar que el sexo dentro de las tramas de la literatura y el cine ha sido algo que ha estado presente de manera muy detallada en otros momentos de la historia. Sin embargo, es ahora cuando se ve como algo relevante. “La libertad sexual que hubo en Europa después de la II Guerra Mundial fue enorme, con la llegada de la Belle Epoque… igual pero, de repente, esto pasó a otro plano y ahora ha vuelto a resurgir. Me parece maravilloso que se hable con libertad de estos asuntos y que la gente vaya con las novelas sin forrar en el metro sin ningún problema”. Además, lo mejor es cuando “lo leen tanto las de 20 como las de 80 y se pasan las novelas de padres a hijos… suben las fotos al Facebook con los libros”.
Eso sí, pese a ser novelas románticas, la autora insiste en que sus protagonistas son mujeres de armas tomar. “La mujercita apocada cuando el hombre decidía todo por ambos ya se acabó, sean sean novelas con el fondo histórico, en el oeste o contemporáneas… estas protagonistas tienen su propia personalidad y saben lo que quieren y cuando lo quieren”.
Olivia Ardey trabaja habitualmente en una biblioteca y puede comprobar de primera mano la opinión y el perfil de los lectores de este tipo de obras. “Nos leen más mujeres que hombres pero cada vez más los varones se acercan a esta literatura y no les da ninguna verguenza decirlo”, explica y añade “son de los que dicen que leen a Megan Maxwell y que le van a comprar a su pareja el juguetito que usaban en tal pasaje”
La primera novela de esta mujer estaba ambientada en el antiguo oeste americano y recuerda como muchos hombres le decían: “es como las novelas que leía de joven pero con amor del fuerte”.
Lo mejor de este tipo de lectores (hombres y mujeres) es que son muy fieles y entusiastas. “Es gente que compra mucha obra que disfruta leyéndolo y comentándolo”
Para Ardey, se trata del género que más pervivencia ha tenido siempre, “lo que ocurre es que ahora se ponen en los estantes más destacados y parece que hay más”. Una de las mayores alegrías que se ha llevado con su último libro -aparte del gran éxito de ventas pues en la segunda semana de lanzamiento ya era el libro más vendido en algún Fnac- es que “en los estantes del aeropuerto, esté a la vista, al lado de cualquier otro libro de cualquier género, antes nos escondían”.
¿Y cuál será el secreto de este éxito? “Pues que la novela romántica nos permite soñar y nos regala finales felices y acabar el libro siempre con una sonrisa”, aclara Olivia Ardey.
Con respecto a Bésame y quédate conmigo, el éxito ha sido real. Se publicó en febrero y en 15 días ya había una segunda edición.
En Canarias tiene un gran número de fans, “las mayores alegrías me las llevo siempre de Canarias. Aquí la gente consume mucho este tipo de obras y son muy cariñosos con nosotras, las autoras de romántica”, dice.
La autora tiene ya en mente nuevas historias que llevar a sus páginas, todas con final feliz y con tramas de esas que embrollan la relación hasta que suenan los violines. Literatura subida de tono en algunos casos que está arrasando en las librerías.