Corazón que late muy deprisa: 130 pulsaciones por minuto, como mínimo. Presión arterial máxima in crescendo, azúcar en sangre, también. Adrenalina que comienza a producirse en mayor cantidad dentro de esos organismos en ebullición. Muchos glóbulos rojos para llevar mejor el oxígeno…
Y es que a ellos les falta el aire. Tras tantos años de aventuras e historias durante su largo recorrido, los dos cruzan miradas, gestos, palabras y demás símbolos de amor sin fin, día sí y día también. Caminar detrás de ellos y verles cogidos de la mano… Pura magia.
Ay, el amor… El amor y lo que significa. Lo que provoca. Lo que evoca. Dicen que quien tiene amor, lo tiene todo, y no les quito la razón. No hay nada como despertarte y saber que ahí está; acostarte…, y que siga ahí. Pero ¿qué es el amor? ¿Basarse en regalos para completar emociones? ¿Besos como rutina? No. El amor, magia hecha con roces de cariño y deseo. Es difícil escribir sobre él. Más aún, entenderlo. El amor es sentir lo que el otro siente: sus penas son tuyas, sus alegrías, también. Mirar su interior tras los ojos, tocarle el alma con una sola mirada. Una conexión que te mantiene a su lado como dos polos opuestos que se atraen sin ningún afán de separarse. Y cuando falta, cuentas los minutos, las horas, los días… Cómo se nota cuando falta.
Veo otro de sus abrazos. Ay, el amor… Trae consigo romper barreras hasta entonces irrompibles, realizar locuras que demuestran ese cariño. Y es ese que ayuda a seguir adelante. Porque cuando uno no sabe cómo seguir, qué hacer, grita al corazón. Es una ayuda para superar obstáculos: cuando alguien está a tu lado, todo tiene mejor color. Y gracias por estar ahí, mis amores.
“Lo más increíble del amor es que hoy por hoy no existe descripción para definirlo”. Y mi hermana tiene razón. No es fácil definir el amor. No hay palabras para definir esos besos, esos abrazos y esas miradas. Ni tampoco las hay para esos “te quiero”. Y hablando de “te quieros”, papá, mamá, ¡os amamos! Veinticinco años son, ¡y veinticinco más serán! Quizás amor sea eso que te hace estar 25 años juntos…, y desear estar 25 más.
Y tú ¿ya le has dicho ese “te quiero” hoy? ¿A qué esperas?