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El papa fue intervenido hace tres meses para recargar su marcapasos

El papa fue intervenido hace tres meses para recargar su marcapasos
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Benedicto XVI quiere mantener la agenda oficial hasta el final de su pontificado y se despedirá de los fieles el 27 de febrero con una audiencia en la plaza de San Pedro

AGENCIAS / DIARIO DE AVISOS | Roma / Santa Cruz de Tenerife

La normalidad fue la nota predominante en la jornada de ayer, la siguiente al anuncio de Benedicto XVI de que dejará de ser papa el 28 de febrero. Un día en el que el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó que Ratzinger lleva marcapasos y que su Anillo del Pescador será destruido tras dejar el papado. Lombardi aseguró que Benedicto XVI está “bien y su ánimo es sereno”, e insistió en que no renuncia porque esté enfermo, sino por el peso de la edad.

El portavoz reiteró que el papa “no tiene enfermedades específicas”, aunque precisó que lleva marcapasos y hace tres meses fue sometido a una operación para cambiarle las pilas. “No se trató de una intervención complicada, al contrario, absolutamente normal, de rutina”, aseveró.

Federico Lombardi aclaró que hasta el mismo 28 de febrero el papa mantendrá su agenda. En ella figura la audiencia pública que celebra hoy en el Aula Pablo VI del Vaticano: su primera aparición en público tras la renuncia. El papa también iba a acudir esta tarde a la colina del Aventino para presidir los ritos del Miércoles de Ceniza, pero al final se decidió hacerlos en la basílica de San Pedro del Vaticano para que puedan asistir más fieles.

Desde el domingo, y hasta el día 23, Ratzinger hará ejercicios espirituales. El 27 de febrero la plaza de San Pedro será escenario de la última audiencia pública de su pontificado.

Preguntado sobre el Anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio, Lombardi apuntó que probablemente será destruido tras el 28 de febrero. De forma habitual, el anillo se destruye cuando muere el papa, pero ante una situación “inédita” como esta, se está estudiando la normativa.

LOS CANDIDATOS
No escasean las especulaciones sobre quién puede ser el sucesor de Benedicto XVI. Entre los candidatos figuran el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina y de la Congregación para los Obispos, y Timothy Dolan, de 62 años, arzobispo de Nueva York. Junto a ellos están los africanos Peter Turkson, de Ghana, con 64 años y “ministro” para la Justicia y la Paz, y Robert Sarah, guineano, de 67 años y presidente del Consejo Pontificio Cor Unum.

Entre los papables de iglesias no europeas también se cita a los brasileños Joao Braz de Aviz, de 65 años, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; y Odilio Pedro Scherer, de 63 años y arzobispo de Sao Paulo, y al argentino Leonardo Sandri, de 69 años y prefecto para las Iglesias Orientales.

Muchos italianos hablan de Angelo Scola, arzobispo de Milán, de 71 años, cercano al movimiento Comunión y Liberación, y Gianfranco Ravasi, de 70, “ministro” de Cultura. Suenan, asimismo, el austriaco Cristoph Schoenborne, de 67 años, alumno de Ratzinger y quien más le defendió cuando arreciaron las críticas por los casos de curas pederastas, y el cardenal de Manila, Luis Tagle, de 55 años.

[apunte]Así lo han visto
Navarro-Valls. El exportavoz de la Santa Sede Joaquín Navarro-Valls calificó de “muy valiente y muy espiritual” la renuncia de Benedicto XVI. En una entrevista que publica La Stampa, el español, que fue portavoz vaticano durante 22 años, descarta que la renuncia sea fruto de los escándalos que han salpicado al Vaticano y evita cualquier comparación con la decisión de Juan Pablo II de ser papa hasta su muerte en 2005, a pesar de sus problemas de salud.

Hans Küng. El teólogo disidente suizo Hans Küng no tiene esperanzas de que del próximo cónclave salga elegido un papa reformista. En declaraciones a la emisora Radio del Suroeste Alemán, argumentó que Ratzinger ha nombrado muchos cardenales conservadores que tendrán un peso determinante en el cónclave. “Los conservadores tendrán cuidado de no elegir un papa que se convierta en una especie de Gorbachov católico”, afirmó Küng, quien incluso no descarta que Benedicto XVI influya directamente en la elección de su sucesor.

Cardenal venezolano. El cardenal venezolano Jorge Urosa Savino considera que es un “ejemplo muy bueno” para el presidente Hugo Chávez, hospitalizado en Cuba desde hace dos meses, la renuncia del papa por motivos de salud. “Cuando alguien no está en condiciones de conducir un grupo humano, después de pensarlo bien, es natural que se haga a un lado y deje que otras personas lleven las riendas del gobierno, de la dirección de esa comunidad”, argumentó en una rueda de prensa Jorge Urosa, quien en varias oportunidades ha sido criticado por Chávez.

Berlusconi. El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi se mostró convencido de que la Iglesia está preparada para tener al frente a un papa negro. “¿Si la Iglesia está lista para tener un papa de color? Creo que sí”, señaló. “Por supuesto que sí. Ahora el mundo es verdaderamente global y no hay incapacidades para quien tiene un mandatario de distinto color”, explicó.[/apunte]