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“Sé que no tengo la culpa, pero me siento culpable por lo de Saida”

   

MAGNOLIA CRUZ CANDIDATA REINA 2013

Magnolia Cruz, durante su presentación como candidata a reina. / FRAN PALLERO

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

“Se que no tengo la culpa, pero me siento culpable por lo de Saida”, declaró ayer Magnolia Cruz, la candidata de Radio Club Tenerife a Reina del Carnaval 2013 de Santa Cruz, en una entrevista concedida al programa de TelevisiónCanaria En abierto.

Magnolia Cruz contó por primera vez lo sucedido la noche en la que el traje de otra de las candidatas, Saida Prieto, se quemó como consecuencia de los artefactos pirotécnicos con fuego frío que llevaba su fantasía. “Mi diseñador -detalló- me estaba explicando los últimos detalles. Me voy a meter al traje y uno de los cañones, el cañón izquierdo, sale disparado solo. Tres segundos más tarde me quemo yo. Me arrimaron, me cogieron para atrás, me llevaron hasta abajo de la rampa y cayó una chispa en el traje de Saida, una chispa muy pequeña. En lo que tardamos en llegar a la parte baja de la rampa, en lo que dijimos fuego, se prendió”.

La joven sureña, de 21 años, narró que entonces “prendió el traje completo”. “A Saida la vi bajar caminando y a lo último de abajo la recogieron en una camilla y la taparon. Yo no sabía muy bien cómo estaba ella; no la vi quemada ni vi lo que le pasaba. Lo que yo necesitaba saber es lo que tenía ella. Yo tenía claro en mi cabeza que no quería salir”, afirmó la joven. “Me vino a buscar un miembro de Fiestas y me dijo: ‘Te toca salir. El espectáculo debe continuar. La gala es en directo, Saida está bien. A Saida se la llevó la ambulancia porque tiene un ataque de ansiedad, no te preocupes’. Me pusieron el casco y me secaron las lágrimas”.

Apuntó Magnolia que en ese momento le dijeron a su diseñador: “Tienes que quitar el artefacto del otro cañón porque si no, no puedes salir”. “Arrancó todos los cables como pudo, él quemado, la cara quemada, las manos quemadas, porque se puso delante del cañón izquierdo para intentar apagarlo de alguna manera. Me amarró como pudo. Me dio un beso y me dijo ‘Haz lo que puedas, yo no te puedo pedir más’. Se fue para fuera y yo no lo vi más. Terminó la gala, precintaron mi traje y tampoco lo vi más; no lo he visto más”, agregó.

Desde entonces, Magnolia apenas sale de su casa y recibe ayuda psicológica. No para de darle vueltas a todo lo sucedido aquella trágica noche en el Centro Internacional de Ferias y Congresos de Santa Cruz. “Me he sentido responsable y han hecho que me sienta responsable. La frase que me repetía es: ‘Le he quemado el traje a una compañera, y no pudo salir’. Sé que no teno la culpa, pero aún así sientes un poco la responsabilidad. Me siento culpable -reconoció- de que ella no pudiera salir. Me planteo muchas veces antes de irme a dormir que si no hubiese pasado eso, qué hubiese pasado. Si se pudiera retroceder en el tiempo…”.