EFE | Madrid

Un empleado de la empresa de seguridad Seguriber dijo en su declaración ante la Policía que en la fiesta de la noche de Halloween en el Madrid Arena, en la que murieron cuatro jóvenes, había 17.000 personas. Así lo aseguraron ayer Felipe Moreno y Abdón Núñez, letrados de las familias de dos de las víctimas, Rocío Oña y Belén Langdon.

Por otra parte, el caso se ha cobrado ya dos víctimas políticas: la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha destituido, “por pérdida de confianza”, al consejero delegado, José Angel Rivero, y al gerente, de Madrid Espacios y Congresos, empresa pública municipal que gestiona el Madrid Arena, Jorge Domínguez.