entre cortados - Arun Chulani

Whatsappeando – Arun Chulani

Aunque me cuentes mucho, hay veces que no te entiendo. Aunque te diga “bueno”, tu entiendes “malo”. Comunicarse no es tan simple. Los mensajes que damos en cada proceso de comunicación van más allá de cualquier palabra emitida por nuestra boca: información frente a interpretación, objetividad frente a subjetividad, lenguaje oral y corporal. Todo influye. Vivimos en un mundo cada vez más agitado, más acelerado, donde las tecnologías avanzan cada día más rápido… Entonces sí que influye todo. Y quiero llegar con esto al punto base de todo.

En línea.

Whatsapp. “¡Qué pasa!” y otras formas nuevas de comunicarse. Sin duda, la más comentada es esta. Aparece en nuestras vidas hace un tiempo y marca un antes y un después en todo: en la mesa para comer, pantallas encendidas con risas hacia ellas, comunicándote con otro que anda en otra mesa con demás personas; tomándote un café con un amigo mientras ambos se encuentran revisando sus mensajes; gente por la calle que no se mira las caras, sino el reflejo de la luz del móvil. Antes se pedía el número de casa, después el del móvil y ahora es el del Whatsapp. Madre mía, ¡cómo avanza esto!

Escribiendo…

“Es imposible no comunicarse”, decía Watzlawick. Cierto es que siempre estamos comunicándonos interior o exteriormente, pero cada día en mayor decadencia. ¡Ojo! Soy uno más de los que ha entrado en este sistema semiadictivo que me hace mirar el móvil a ratos para ver si alguien se ha acordado de mí. No ando criticando sus ventajas (porque haberlas, haylas): también tiene sus contras bien denotados. ¿Ejemplos? Varios: el face to face se pierde, las desconfianzas entre parejas entran al trapo con el dichoso doublecheck o la última hora de conexión… Es algo curioso… a la par que complejo.

Yo quiero ir más allá. ¿Dónde quedaron esas conversaciones en una plaza hasta las tantas? ¿Esas llamadas sorpresa para soltar un simple y complejo “te quiero”? Las relaciones personales y su falta de comunicación se agravan proporcionalmente al paso del tiempo en el que vivimos, ambiente en el que las nuevas tecnologías nos aíslan dejándonos conectados día y noche.

Qué rabia. Pues yo echo de menos esas llamadas por mi cumpleaños y no los simples Whatsapp de hoy. Las llamadas por sorpresa, el mirarte a los ojos. Hablar y reír en persona sin insulsos jajaja escritos. En serio, vuelvo a preguntar, ¿dónde quedaron?

Última conexión hoy a las 8.08.

@arunchulani