SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife
Un aventurero de la música siempre dispuesto a recorrer nuevos senderos; un apasionado del jazz y también de la clásica que ha sabido reunir en un mismo escenario ambas querencias; un compositor e intérprete que lleva cinco décadas haciéndonos disfrutar con su arte. Paquito D’Rivera (Marianao, La Habana, 1948) llega a la Isla para poner el broche de oro al VIII Festival Tensamba; y ya de paso, el matiz cubano a una experiencia cultural dedicada a Brasil. D’Rivera actúa el 21 de mayo junto al Trío Corrente en el Auditorio de Tenerife Adán Martín. Apenas una semana antes, mantuvo esta entrevista con DIARIO DE AVISOS, en la que ofrece su singular visión de la música y de la vida.
– Viene a Tenerife para ofrecer un concierto en el Festival Tensamba junto al Trío Corrente. Usted ha sido uno de los artífices en liberar a las salas de conciertos de cualquier tipo de prejuicio. ¿Qué aporta el mestizaje, la fusión, a la música?
“El gran Duke Ellington insistía mucho en que sólo existen dos tipos de música: de la buena y de la otra. A mí me gusta aprender de distintos estilos y géneros musicales. La música brasileña, por ejemplo, ocupa la mitad de mi corazón y además siento que mi amor es correspondido”.
– ¿Y cómo ha cambiado la recepción del público, cómo recibían al principio sus composiciones los puristas de un auditorio acostumbrado, por ejemplo, a escuchar música clásica?
“Nunca he tenido problemas de aceptación con los distintos públicos o con músicos clásicos o populares. Debe de ser porque siempre trato con mucho respeto cada estilo que interpreto”.
– Tras más de cinco décadas en el mundo de la música, ¿qué caminos le quedan por recorrer a Paquito D’Rivera? ¿Cuáles son los ámbitos que desea explorar?
“Siempre hay propuestas y caminos muy atractivos que transitar, y yo soy un aventurero. Ahora últimamente he estado incursionando en el mundo del tango-jazz, y para eso, al igual que hice con los brasileños y los venezolanos antes, me he rodeado de músicos argentinos y uruguayos. Mi director musical es el contrabajista y estudioso de la historia del tango argentino Pablo Aslan”.
-Ha compartido su arte con una larga lista de grandes músicos, desde Chucho Valdés o Dizzy Gillespie hasta Yo-Yo Ma, Arturo Sandoval o Michel Camilo. ¿De qué manera estas colaboraciones alimentan su creatividad?
“Trabajar con gente tan diversa como Yo-Yo Ma, Cachao y Dizzy Gillespie abre mis entendederas, y aprendo mientras disfruto del arte maravilloso de estos grandes músicos. En verdad, no hay dinero en el mundo que pueda pagar esa juntera”.
-¿Cómo se explica la enorme riqueza musical, el legado que llega a todo el mundo, de los artistas de un país como Cuba?
“Yo nunca he podido explicar eso. A través de toda su historia, y no solo a partir de 1959 como algunos intentan hacernos creer, la isla de Cuba ha sido un país de grandes músicos, poetas, pintores, bailarines y artistas de toda clase. Y en este caso, sí que es verdad que “el tamaño no importa”, pues hay países enormes que sin embargo no producen más que piedras”.
-¿Está lejos el día en el que Paquito D’Rivera pueda dar un concierto en Cuba?
“Bueno, eso habría que preguntárselo a los hermanos Castro, pues mientras ellos estén en el trono, yo no pienso pedirles permiso para entrar en mi propia casa. A lo mejor el camarada Zapatero tiene una idea de cuánto nos falta”.