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El tercer descenso a la B

   

CARLOS LUIS CHEVILLY | Santa Cruz de Tenerife

Este es el tercer descenso a Segunda División B que el CD Tenerife sufre en su historia, al ser creada esta categoría en la década de los setenta, pues con anterioridad los clubes bajaban directamente de Segunda a Tercera División. El primer descenso lo padeció en la campaña 77-78. Entrenaba al equipo el valenciano Manolo Sanchís. Su hijo, otro histórico exjugador del Real Madrid, no ha seguido los pasos de su padre, pues no se ha dedicado a entrenar y su relación con el fútbol se limita a comentarista de televisión. Sanchís preparaba al equipo blanquiazul mientras su pequeño hijo empezaba a jugar al fútbol con el Alegría, del barrio santacrucero. Sin embargo, no logró mantener al conjunto isleño en la división de plata. Certificó su descenso matemático fuera del Heliodoro, pues no le fue suficiente la igualada en Córdoba, en el viejo estadio del Arcángel. Pese al descenso de categoría, el presidente Pepe López decidió renovarle para la campaña 78-79 en Segunda B. Una vez descolgado el equipo de la lucha por el retorno a Segunda A, fue destituido y reemplazado por Olimpio Romero. El preparador tinerfeño era el segundo entrenador.

El CD Tenerife tuvo que sufrir el calvario de cinco temporadas seguidas en Segunda División B. Esa etapa tuvo muchísimos obstáculos, sobre todo por la situación económica del club, lo que provocó el encierro de los futbolistas en los vestuarios del Heliodoro por esos impagos. El portuense Gerardo Movilla, como representante del sindicato de los futbolistas españoles, medió en el conflicto y se consiguió encauzar la situación. El asturiano José Ramón Fuertes consiguió devolver al Tenerife a la división de plata, en la campaña 82-83. El técnico de Mieres se ha desligado del fútbol profesional y su más reciente ocupación fue como ojeador del Valencia junto a Alfonso Serrano, ex del CD Tenerife y ahora en el Málaga.

Imagen de archivo del encierro de los jugadores del C.D. Tenerife en 1981 por impago


Tres temporadas permaneció el CD Tenerife en Segunda A, todavía con Pepe López como presidente del club. El balcánico Dragoljub Milosevic entrenaba al equipo en la campaña 85-86. El equipo isleño, integrado por muchos canteranos, se metió muy pronto en zona de descenso y se pasó el campeonato en la zona roja, o muy cerca. El técnico serbio fue reemplazado por Domingo Rivero, que en esa campaña entrenaba al juvenil del club. El preparador de San Andrés fue portero del propio CD Tenerife y del Córdoba. El equipo no consiguió escapar de la zona de descenso y sentenció la pérdida de la categoría con la derrota ante el Rayo. Rubén Cano, exblanquiazul, fue el verdugo goleador en Vallecas. Por entonces se preparaba la llegada al club de una nueva directiva, liderada por el ginecólogo palmero, que venía de trabajar en Cuba, Javier Pérez. Se había formado la Alternativa Blanquiazul, de la que también formaba parte Juan Amador, el actual gerente. Fue contratado Martín Marrero, que logró el ascenso en un año.