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30 DE MAYO > DÍA DE CANARIAS

Identidad común bajo el mismo Sol

   

VERÓNICA MARTÍN | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Ser canario es mi razón. Parece un simple estribillo pero resume muy bien el sentimiento de pertenencia a un territorio que marcan días como el que se celebra hoy. El Día de Canarias. Un estribillo que se puede mezclar en la memoria colectiva con un tema mítico del rock de los ochenta del grupo El eructo del bisonte con el que muchos coreaban: “Digo guagua, tollo, pisco, millo, chachi, mojo, charca…” para terminar concluyendo: “Soy canario”.

En una auténtica exaltación de la identidad isleña de la que no están alejados artistas plásticos, escritores o intelectuales. Sin embargo, en días como hoy los programas de actos oficiales están llenos de actividades folclóricas, lucha canaria, comidas populares y símbolos que pueden identificarse como comunes tipo pintaderas, espirales y demás. La pregunta es, ¿existe un sentimiento de canariedad?, ¿cómo se trasmite?

Estas preguntas las responde Antonio Rodríguez, profesor del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna (ULL) y que, precisamente, imparte la asignatura Realidad canaria y Educación. “Para hacer una sínteis muy rápida: Canariedad significa una conciencia de una identidad, donde se incluye el proceso de tipo psicológico que desarrollan los individuos con un entorno”, explica.

El profesor remarca que cuando se habla de identidad cultural canaria, “nos referimos a un entorno donde se han apropiado de lo canario incluyendo a las personas que se han socializado aquí”. El elemento esencial de este proceso es la “conciencia”. Es decir, que los individuos asumen de forma explícita este hecho aunque cada uno pueda hacer una interpretación propia de lo que significa Canarias: “Uno puede decir que son siete islas en el Atlántico y otro puede responder algo más emocional”.

En la canariedad, por tanto, influyen los tres aspectos: el cognitivo donde se encuentran todos los conocimientos sobre Canarias; los afectivos con los que se vinculan las emociones y sentimientos y los motivacionales que son los que despiertan la relación con los dos aspectos anteriores.

Con todo eso, se crea eso tan complejo que es la canariedad que requiere no solo esos conocimientos sino, también, “vincularse afectivamente con ese hecho y provocar motivaciones favorables con Canarias”. Por este motivo, el profesor de la ULL propone incluir en el curiculum académico conocimientos de cultura canaria o folklore pues “hay que trabajar el sentimiento de la canariedad y promover y desarrollar el compromiso”.

En este sentido, remarca que “hay que entender que la canariedad no es algo estático, no algo del pasado sino que se va modificando con el tiempo. Se va construyendo por colectivos de personas e implica asumir que la canariedad de hoy no es lo mismo que la de años atrás”, afirma Antonio Rodríguez y añade que desde el punto de vista educativo, “identidad y multiculturalidad tienen que ir conjuntamente”.

Por lo tanto, la canariedad se alimenta de la realidad social y económica de las Islas y se incrementa del diálogo con el otro, con el turismo y con los llegados de otros lugares para vivir aquí. De hecho, no es ya extraño ver colectivos de otros países celebrando el Día de Canarias en cualquiera de las plazas del Archipiélago.

Desde la perspectiva psicológica, “la canariedad se construye sobre el pasado pero, también, sobre el presente y proyectando el futuro de lo que queremos ser”, añade el profesor y afirma que “aunque el himno institucional canario no esté suficientemente asentado, cuando se divulgue se convertirá en un signo más que forme parte de nuestra identidad”.

Lengua

Uno de los puntos esenciales que convierten un territorio en singular es su lengua ya que es “uno de los principales signos de identidad de un pueblo”. Así lo define el catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna (ULL) y uno de los grandes investigadores de la lengua canaria Humberto Hernández. “Se trata de un vehículo de comunicación y un patrimonio cultural con el que nos identificamos”, remarca y explica que la lengua es “la forma más elevada de sentir la canariedad porque es una modalidad lingüística que te identifica con una comunidad”.

El canario es una modalidad del español con una serie de rasgos comunes pero que nos permite comunicarnos perfectamente con otros. Entre sus características están el seseo, el uso del ustedes en vez del vosotros, y un buen número de canarismos de origen tanto aborigen, tal es el caso de gofio, como portugués como por ejemplo magua. “Vivir la canariedad desde el punto de vista lingüístico es conocer el español con mucha profundidad.
Amaremos más nuestra lengua en la medida que profundicemos en ella”, aporta el catedrático de Lengua de la ULL.

Al igual que el Psicólogo, analiza que la canariedad no debe ser algo excluyente ni reduccionista. En este sentido, ejemplifica que “es bueno que usemos guagua pero eso no quita para que se conozcan y utilicen otras fórmulas como autobús o bus que son correctas. Aunque el foco debe estar siempre en nuestra modalidad”.

Humberto Hernández es contrario a las batallas linguísticas. “Cualquier lengua y cualquier dialecto es una entidad viva, mutable y cambiante. De manera que aparecen palabras dialectales nuevas y otras se van perdiendo”, afirma. Como ejemplo pone que si la juventud apuesta en masa por usar el vosotros en vez del tradicional ustedes, “habrá que aceptarlo. Eso sí, siempre que no se trate de una imposición o que el motivo no sea una evolución natural”.

Aparte del concepto psicológico de pertenencia y de la identidad que aporta la lengua, la canariedad se asienta en un pasado histórico común.

De hecho, las instituciones actuales, los partidos políticos, las editoriales e, incluso, las agencias de publicidad cada vez que quieren destacar los valores canarios recurren a una iconografía marcada por el pasado prehispánico: el anuncio oficial de este 30 de Mayo es precisamente una espiral inspirada en los aborígenes.
Sin embargo, el arqueólogo investigador de la Universidad de La Laguna (ULL), José Farrujia, destaca que esa iconografía no se corresponde con la realidad histórica. Los investigadores coinciden en que el pasado prehispánico del Archipiélago tenía un modelo más balcanizado que unificado y que cada isla tenía unas características propias. Por ejemplo, las espirales solo se dieron en La Palma; los podomorfos, en Lanzarote y Fuerteventura; y los signos triangulares, en Gran Canaria.

“Existen tantas lagunas en el estudio de la arqueología en Canarias que hablar de una entidad definida es una utopía”, remarca el doctor de Arqueología quien insiste en hablar de realidades fragmentadas en vez de un pasado común. Por tanto, si hay que buscar una identidad canaria hay que hacerlo en fechas más recientes y no en los aborígenes pues entonces hablaríamos de siete entidades diferenciadas.

Los estudios arqueológicos han estado muy mediatizados desde sus inicios en el siglo XIX. La realidad política, social y económica han tenido mucho que ver con las interpretaciones de ese pasado que se busca para asentar una identidad presente. En el siglo XIX empieza a desarrollarse una visión europea del guanche que en el franquismo se rompe y se pone el foco de origen en la relación con el Íbero y con la europa mediterránea. “Como los cimientos son muy frágiles, se recurre a determinadas imágenes para crear esa identidad”, explica el investigador. Lo curioso es que lo más utilizado ha sido las pintadas rupestres que son, precisamente, las peor conservadas e incluso, muchas de ellas, han desaparecido o están en riesgo de hacerlo.

Farrujia asevera que “es difícil hablar de canariedad porque es un concepto muy abstracto ya que el enclave ha sido sometido a mil tipos de influencias culturales distinta”. En este sentido vuelve a traer a colación el mismo concepto que los otros expertos consultados: la multiculturalidad como elemento esencial de la canariedad. También, en su parcela de conocimiento recuerda que se ha transmitido una imagen del guanche que no está consensuada por la comunidad científica.

En todos los estudios anteriores, siempre “se han ensalzado los elementos más relacionados con lo mediterráneo y lo africano ha quedado en un segundo plano y ha sido lo gran olvidado en esta referencia a la canariedad”.

La conclusión de este experto es que “aplicar el concepto de canariedad al mundo guanche es complicado porque ese sentido aglutinador no existe tal y como se concibe hoy en día”. Eso sí, la canariedad actual es el resultado de la suma de múltiples factores y uno de ellos es la recuperación de ciertas tradiciones y costumbres que han llegado a nosotros “a través de la etnografía: La cultura se siguió trasmitiendo en pequeños aspectos heredados como algunas prácticas ganaderas o el deporte del palo. No se trata de una cultura fósil”.

Con todo, la canariedad está claro que tiene más futuro que pasado. Está aún por construir y regar. Y lo harán las nuevas generaciones.