X
EL ANÁLISIS > POR ALFONSO GONZÁLEZ JEREZ

La claridad de las derrotas

   

El PP ha ganado ampliamente las elecciones autonómicas en Canarias. Ha superado en más de 40.000 votos a CC, y solo las peculiaridades del sistema electoral canario, y en especial la circunscripción insular, han permitido a los coalicioneros empatar prácticamente con la organización que ha dirigido José Manuel Soria a la victoria. En esta ocasión la gramática triunfadora de los nacional-insularistas carece de sentido. Hablar de Canarias como el rompeolas del tsunami del PP es una señal de perturbación mental. El PP ha empatado con CC en Santa Cruz de Tenerife y ha dinamitado la mayoría absoluta en La Laguna y estuvo cerca de hacerlo en Arona. Y les han arrebatado fulminantemente Los Realejos. Las mayorías municipales amplias siempre han sido el principal activo político-electoral de Coalición Canaria y han demostrado su creciente debilidad en casi todas las Islas. CC, sin embargo, parece incapaz de entender que, o reforma su cultura política y se atrae el voto urbano de las clases medias y profesionales, abandonando el populismo mortadeliano y cualificando su personal político, o seguirá cavando su propia tumba. Esconder el fracaso detrás de 20 diputados sería una táctica suicida. Con un voto que no deja de descender desde 2003, llegará un día, puede que dentro de cuatro años, que la ley electoral no sea ya una red de protección contra el desgaste de las urnas.

Las dimensiones de la catástrofe del PSC son difícilmente asumibles sin que sus responsables presenten su dimisión inmediatamente y, sin embargo, anoche se escuchaba de nuevo el pretexto, entre voces socialistas, de la terrible buena suerte del PP canario, navegando sobre la barbada ola de Mariano Rajoy. Tonterías. El PSOE (y particularmente los socialistas grancanarios) han perdido por méritos propios. ¿Qué ha hecho José Miguel Pérez en el Cabildo insular? ¿Consiguió al menos reformar, modernizar, dinamizar la corporación y su aparato técnico-funcionarial? No. El Cabildo de Gran Canaria, como estructura administrativa y de gestión, sigue siendo el mismo que en los tiempos de José Manuel Soria, y si me apuran, de José Macías. José Miguel Pérez ha practicado una suerte de tancredismo grotesco como presidente del Cabildo, como si la presidencia le confiriera automáticamente un liderazgo milagroso. ¿Alguien recuerda esta madrugada tan amarga para el PSOE un solo análisis, un solo proyecto, una sola propuesta del PSC y de su dirigente para los próximos cuatro años? ¿Alguien ha disfrutado de un vídeo tan vacuo como aquel en el que Pérez le contaba al mar que quería cambiar la historia, con una percha más discutible que la de Alejandro Magno o León y Castillo. La ola que lo ha borrado de la playa salió de sus propios zapatos encharcados, no de la capacidad de entusiasmar al personal del carismático señor Bravo de Laguna.