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“Las lágrimas aturden, pero el humor siempre despeja la mente”

Juan Luis Galiardo
Juan Luis Galiardo llega a la Laguna en una gira que también lo llevará al Teatro Guimerá. / FRAN PALLERO
SANTIAGO TOSTE | SANTA CRUZ DE TENERIFE

La comedia como camino para pensar con claridad. Un personaje, Harpagón, cuyas miserables andanzas nos ponen de frente ante nosotros mismos. Juan Luis Galiardo (Cádiz, 1940) llega a Tenerife para poner en escena El Avaro de Molière. Un montaje de Jorge Lavelli que se podrá este jueves y viernes en el Teatro Leal de Laguna y, dentro de unas semanas en el Guimerá.

-Los clásicos son siempre modernos. ¿De qué manera ilustra una obra del siglo XVII la situación que vivimos en el XXI?

“Si la avaricia es un mal endémico en la historia de la humanidad, hoy cobra incluso más importancia. Los efectos de la ambición desmedida, no sólo de los poderes económicos, también de los ciudadanos, queriendo abarcar más de lo que pueden y cayendo en el consumismo de sus propias vidas, hacen que El Avaro, esté más vigente que nunca”.

-¿Qué sentimientos quieren despertar en la audiencia con las miserias de Harpagón, el avaro?

“La experiencia de 150 representaciones y más de 130.000 espectadores nos da un dato: la obra interesa a todos. Y eso se debe a que Harpagón sitúa la avaricia en la familia. El causante es el patriarca, y las víctimas, sus hijos, sus criados, todo el entorno que rodea a este terrible burgués. Cada cual se ve reflejado en alguno de los 15 personajes que están en el escenario”.

-¿La comedia es la mejor manera de reflexionar en un tiempo en el que quizá lo más fácil sería llorar?

“Las lágrimas aturden, mientras que el humor despeja la mente. Ha sido el recurso de Shakespeare, de Lope o de Cervantes. El humor es el vehículo más sanador y con más impacto”.

-El reto de afrontar esta obra surgió en medio del montaje de Edipo Rey. ¿Cómo se acerca Juan Luis Galiardo a estos textos? ¿Esa cierta lejanía en el tiempo le da pie a una mayor libertad como actor?

“Hace un momento hacía zapping y comprobaba la futilidad de las temáticas que ofrece el medio de más consumo. El refugio de mi acción vital, de crear, recrear y hacer terapia con mi propia vida, está en el teatro y en el cine, siempre que el cine también sea con mayúsculas”.

-¿Y dónde radica la ilusión que le lleva a subirse a las tablas?

“Precisamente, mi deseo de hacer terapia con los personajes que interpreto. Sigmund Freud recomendaba hacer teatro para salir de uno mismo, para verse en el espejo de los otros y hacer de la vida un acto creativo. Y yo elijo eso, observarme a través de los personajes”.

Acto: El Avaro, de Molière
Fecha: Teatro Leal de La Laguna, 9 y 10 de junio
Horario: 20.30 horas
+ información: www.teatroleal.com