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José Manuel Soria no se reúne públicamente con nadie, pero todas las mañanas se levanta como Casandra y todas las noches se acuesta como Penélope, y entre medias, va tejiendo la delicada telaraña de los 31 diputados que necesita para ser investido presidente del Gobierno de Canarias. Ya ha tocado todas las piezas y en ninguna ha encontrado una negativa cerrada para conseguir desarticular a Coalición y mantener al PSC-PSOE cuatro años más en la oposición: Antonio Castro, Tomás Padrón, Nueva Canarias y los dos diputados del Centro Canario de Nacho elegidos en las listas coalicioneras de Tenerife y Lanzarote. A Antonio Castro le ofrece la Vicepresidencia para culminar sus últimos cuatro años de vida política y una solución inmediata y suculenta para sus mayorías insuficientes en el Cabildo palmero, Santa Cruz y Los Llanos de Aridane. A Tomás Padrón el control de su territorio. A NC conservar una cuota de poder importante en el Cabildo grancanario y un acuerdo generoso en Telde. Y a los ignacistas hasta una consejería en el Ejecutivo si hace falta y algunas regalías cabildicias y municipales no despreciables. ¿Quién da más? Una vez culminada la operación, los socialistas en Tenerife se aferrarían a lo que fuera, incluyendo acuerdos con Antonio Alarcó y Cristina Tavío.

Para que este infernal pero viable galimatías -que se vendería como un responsable Gobierno de semiconcentración- sea posible resulta imprescindible que las negociaciones entre CC y los socialistas se atasquen y fracasen irremisiblemente. Y el mejor terreno para que prospere el exitoso fracaso no es Tenerife ni Lanzarote, sino La Palma. La situación política en La Palma es tan explosiva que ayer José Luis Perestelo lanzaba lo que parecía un órdago y era, en realidad, una perentoria llamada de auxilio. Perestelo -al que horroriza verse envuelto en el mecano infernal urdido por Soria- estaba reclamando, en realidad, que los socialistas pisaran el acelerador para firmar cuanto antes acuerdos en el Cabildo insular y en los dos principales municipios palmeros. Porque muchos de sus compañeros están ansiosos por romper las complejas y enervantes negociaciones con Manuel Marcos Pérez y aceptar las felices facilidades que les ofrece el PP en bandeja de plata. Y esos compañeros de API están recibiendo toda la comprensión, la ansiosa y estimulante comprensión, de las más altas y fundadoras instancias de su organización. Si no se materializa un acuerdo sólido entre CC y PSC en La Palma en unos pocos días Soria estará a un pasito y medio de la Presidencia del Go-bierno.