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El PP exige cerrar el acceso a la piscina con alerta de lluvia

   

VICENTE PÉREZ | Candelaria

El PP de Candelaria propondrá que se cierre la calle de acceso a la piscina municipal y su zona de aparcamientos, situadas en pleno cauce de un barranco, cuando se declare de forma oficial alertas por lluvias en Canarias. Así lo adelantó ayer a este diario el portavoz municipal del PP en funciones, José Fernando Gómez, quien propuso realizar “un especial seguimiento de todos y cada uno de los puntos negros o de alto riesgo advertidos en el Plan Insular de Defensa frente Avenidas”.

A su juicio, “las graves deficiencias que desde hace décadas vive este municipio en los cauces, deben llamar la atención de las personas encargadas por velar por nuestra seguridad, ya que, de no hacerlo, podrían estar incurriendo en un presunto delito contra la seguridad de las personas”.

Gómez reaccionaba así a la noticia publicada el viernes en DIARIO DE AVISOS sobre los 28 puntos susceptibles de sufrir riadas que el citado plan detecta en Candelaria, el más llamativo de todos en el entorno de la piscina municipal, donde existe un riesgo grave de avenidas al tratarse de una calle y una explanada asfaltada en el mismo cauce del barranco de Aroba.

Para este entorno, el edil del PP indica que se debe adoptar un plan de emergencias específico, en el que se prevea que en caso de alertas meteorológicas, se pueda impedir el acceso al cauce, y el cierre de la calle de La Piscina, evitando el peligro de desgracias personales o daños materiales. Al PP no se le escapa que las obras necesarias para evitar este tipo de riesgos tienen un alto coste de ejecución, y aunque asegura saber “el lamentable estado en el que se encuentran las arcas municipales, se debe hacer un esfuerzo, priorizando las obras más urgentes, devolviendo la tranquilidad a los vecinos y transeúntes”.

En el caso concreto de la piscina municipal, el Plan de Defensa frente a Avenidas estima en cerca de medio millón de euros el coste de canalizar la desembocadura del barranco, elevando la rasante de la calle”.

Gómez defiende también el uso de los barrancos para el uso y disfrute de la población. Éste, en concreto, es uno de los que, desde su punto de vista, “se podrían perfectamente rescatar para realizar en él senderos desde el mar hasta la zona alta, dado que ahora está lleno de vertidos de basura y de matorrales”.