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POR ANTONIO ALARCÓ >

Elecciones generales ya

   

Aunque Zapatero no quiera enterarse (o eso parece), la realidad es que el pasado 22 de mayo todos los españoles le exigieron un cambio. En el Partido Popular llevamos tiempo diciéndolo y ahora, los más de 8,7 millones de españoles que nos dieron su respaldo en el conjunto de España, lo confirman: es urgente la convocatoria de elecciones generales.

Y no es que lo digamos nosotros. Un encuesta realizada esta semana y publicada por El Mundo apunta a que el 57,4% de los ciudadanos apuesta porque las elecciones generales se convoquen de inmediato. Incluso, también según este estudio, un 30% de los votantes socialistas cree que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no debería agotar la legislatura.

España no puede esperar más. Son muchos los motivos que nos han llevado a pedir al presidente del Gobierno central que se marche y de paso a un nuevo equipo de personas para que asuma la responsabilidad de sacar a este país de la crisis económica que nos asola desde hace años. ¿Qué más necesita Zapatero para darse cuenta de que su Ejecutivo no tiene el respaldo de los ciudadanos? ¿Qué necesita para ver que se ha demostrado totalmente incapaz de dirigir una crisis que ha roto los proyectos vitales de los cerca de 5 millones de españoles inscritos en las listas del paro y que ha colocado a dos millones de personas en riesgo de exclusión social?
El descontento de la población es evidente y Zapatero tiene que hacer un último (quizá el único en esta legislatura) ejercicio de responsabilidad y dar por concluida su estancia en Moncloa. Tiene que irse para que España pueda volver a crear confianza, que es la clave de la recuperación. Debe convocar elecciones lo antes posible, es más, debería de presentar una cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados, porque sospechamos que ni siquiera cuenta con el respaldo de su gente.

Probablemente, la actual es la legislatura más trascendente de los últimos años por los efectos que la crisis ha tenido sobre el país. Sin embargo, el Gobierno central, al contrario de lo que cabría esperar, ha pasado estos cuatro años en blanco; primero, negando lo evidente, y después incapaz de presentar propuestas.

Sin ideas, ni medidas efectivas, se han centrado en las peleas internas del partido y en articular golpes de efecto mediático que, por suerte, ya no engañan a nadie. Se han olvidado de lo importante, que son los ciudadanos y cómo les está afectando la crisis.

Zapatero ya no tiene ni el apoyo de su propio partido; nadie le cree ni con el arrojo, ni con la capacidad suficientes para tomar medidas que nos permitan recuperar una economía que lleva ya meses, si no años, en cuidados intensivos.

El tiempo que ya hemos perdido no lo podremos recuperar; pero cada día, mes y año que pase la situación no hará más que empeorar y por eso desde hace tiempo le pedimos que se marche. Señor Zapatero, ya nadie le quiere y cuanto más retrase la decisión más daño hará a todos los españoles. Ya el Fondo Monetario Internacional alertó hace unas semanas del creciente riesgo que corre nuestro país de tener una “generación perdida” debido al importante aumento del desempleo entre los jóvenes. Advierten además de que tendrán que pasar diez años para recuperar los niveles de empleo de 2007.

Resulta perentorio tomar decisiones valientes y contundentes que permitan reactivar la actividad económica y que ofrezcan a pequeñas y medianas empresas, a autónomos y a emprendedores los estímulos necesarios para crear los puestos de trabajo que tanta falta hacen en este país. Es necesario bajar los impuestos para estimular la actividad económica y, por su puesto, hay que dar un giro a las administraciones públicas de forma que estas no compitan con los ciudadanos; debemos reducir la maraña administrativa y apostar por instituciones transparentes y mucho más eficaces y eficientes que estén, siempre, al lado de los ciudadanos y nunca enfrente.

Para adoptar todas estas medidas, necesitamos en Madrid un nuevo Gobierno fuerte y sólido y no un Ejecutivo presidido por un líder interino que, además de haber perdido toda su credibilidad como mandatario (dentro y fuera de su propio partido), carece de factores inhibitorios, lo que le hace realmente peligroso.

Vaya por delante que nosotros nunca nos hemos alegrado de que las cosas vayan mal, sobre todo porque nuestra principal preocupación siempre han sido los ciudadanos. Sin embargo, tampoco podemos mirar para otro lado y dejar de denunciar que la formas de hacer política del señor Zapatero ha llevado al país a las mayores cotas de paro jamás registradas. Ha hecho mucho daño a la población española.

Además, ha situado a España en niveles de descrédito internacional nunca antes vistos. De hecho el Fondo Monetario Internacional nos ha incluido en el grupo (subgrupo) de los cuatro países periféricos de la Eurozona, junto a Grecia, Irlanda y Portugal, cuyas economías han tenido que ser rescatadas. Por cierto, en Portugal los socialistas ya perdieron el poder.

Por todo ello, en el Partido Popular llevamos tiempo pidiendo un adelanto electoral. Como era previsible, Zapatero no nos ha hecho ni caso; lo que sí nos sorprende es que también haya ignorado el grito que todos los ciudadanos manifestaron en las urnas y que, sin ni siquiera ruborizarse, asegurara esa misma noche, cuando la debacle socialista era más que evidente, que en ningún caso adelantaría su salida de Moncloa. ¡Qué desfachatez!

*Senador del Partido Popular por Tenerife, vicepresidente y consejero de Sanidad y Relaciones con la Universidad del Cabildo de Tenerife. alarco@tenerife.es