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La ‘linternita’ chicharrera, emblema de Santa Cruz

   

La farola del mar, a principios del siglo XX. | CEDIDA POR LA FEDAC

AGUSTÍN M. GONZÁLEZ | Santa Cruz de Tenerife

El corazón sentimental del Santa Cruz de siempre lo guardan los chicharreros en un rincón del muelle. Tiene forma de faro, sabor marinero y música de isa inolvidable: Esta noche no alumbra la farola del mar; / esta noche no alumbra porque no tiene gas.

En realidad, no importa que no alumbre, desde hace mucho tiempo, porque la querida linternita chicharrera, como la llamaron Los Sabandeños, brillará para siempre en la memoria de los santacruceros, que han sabido dar vida después de su muerte a este símbolo nostálgico que une pasado, presente y futuro de Santa Cruz.

La farola, construida por Henry Leapaute, llegó a la Isla proveniente de París en mayo de 1862. La primera vez que se encendió fue el 31 de diciembre de 1863, convirtiéndose en la segunda señal luminosa que entraba en funcionamiento en Canarias, ya que dos años antes se había habilitado otra señal que advertía del extremo de la escollera del mismo muelle Sur santacrucero, aún en obras. Se trataba de un faro de orientación, de luz blanca intermitente, con un alcance de nueve millas. Inicialmente, el combustible que se usó para que llevara a cabo su actividad era aceite vegetal. Más tarde se la dotó de un mechero de petróleo y, finalmente, de sistema eléctrico. Su localización, al final del segundo tramo del muelle, resultó ser también el motivo de su desconexión, pues con las sucesivas prolongaciones del muelle perdió funcionalidad y, finalmente, cesó su actividad en junio de 1954.

En 1976 la farola fue desmontada y guardada en un almacén portuario. Ocho años después, a modo de homenaje a la historia del puerto, se reinstaló en la entrada del muelle por la plaza de España. Junto a ella se ubicaron una locomotora, una hélice de bronce originaria del crucero Canarias, y también una grúa a vapor que había faenado con las gabarras que trasladaban el carbón a los depósitos del puerto. Allí permaneció hasta que en 1991, a causa de nuevas obras en la infraestructura portuaria, se retiró otra vez. El 30 de abril de 1994 la farola del mar fue recuperada y reinstalada dentro de los actos conmemorativos del V Centenario de la fundación de Santa Cruz.

Hoy la farola es un símbolo. Como escribió Cioranescu, “el parpadeo de su luz y el perfil de su torre con ribetes de alminar se han quedado en la imaginación popular, como la estampa nostálgica de un Santa Cruz que ha desaparecido”.