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Los cazadores de eclipses van de auroras

   

VERÓNICA MARTÍN | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Shelios es una organización que creció hace ya más de diez años con el objetivo de promover la cultura científica entre los más jóvenes. Cada año organizaban una completa expedición en busca de los mejores y más espectaculares eclipses solares. Eso les llevó hasta Turquía, Tanzania, Isla de Pascua o, incluso, a subirse un avión en la Patagonia para cazar el eclipse más largo de la historia.

Su promotor y alma mater es el director del Observatorio de Izaña del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Miquel Serra, que tiene un interés muy particular por enseñar todo lo relativo a la ciencia y, muy especialmente, a la astrofísica y la astronomía.

Este año, coincidiendo con uno de los momentos de máximo solar, volverá a repetir la expedición de Shelios de 2000 donde en vez de eclipse solar fueron a “cazar” las maravillosas auroras boreales. En esta ocasión, viajará el grueso de la organización Shelios (que son unas diez personas) más varias decenas más de “amigos, que entusiasmados por la idea se pagan el viaje y nos acompañan”, explica el astrónomo. Lo bueno, es que compartirán con todos los que quieran verlo a través de su página web (www.shelios.com) donde también se podrá seguir un completo diario de la expedición que se denomina Carla Mendoza y que partirá el próximo 15 de agosto hasta el 31. La retransmisión en directo se puede hacer gracias a un proyecto con la Fecyt, del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Pero… ¿por qué habrá más auroras boreales este verano? La respuesta está en que, según las últimas previsiones de los científicos, a finales de 2011 el Sol entrará en su 24º periodo de máxima actividad, algo que se define a partir del número de manchas solares detectadas sobre la superficie del Sol. Al acercarnos al máximo el número de manchas va creciendo. Por ello, es previsible que ese máximo solar afecte de forma directa a la Tierra. La forma de hacerlo es con posibles problemas de interferencias en las redes de comunicación tanto terrestres como satélites. También es probable que se produzcan posibles problemas en el suministro eléctrico debido a la llegada masiva de electrones a la superficie terrestre; algunos efectos en el clima y un aumento de la frecuencia y luminosidad de las auroras polares.

Según explican en Shelios “es conocido que en el máximo solar ocurrido en el año 1989, y durante intensas tormentas solares, varias ciudades del Norte de los Estados Unidos y Canadá tuvieron graves problemas en el suministro eléctrico. También varios satélites sufrieron anomalías temporales en el transcurso de las citadas tormentas”.

En este mismo sentido, remarcan que la relación entre la actividad solar y el clima terrestre es un tema a debate en los últimos años. “Hay indicios que hacen pensar que durante los mínimos de actividad solar la Tierra sufre un enfriamiento. Entre los años 1645 y 1715 se cree que existió un mínimo solar prolongado (Mínimo de Maunder) que provocó una pequeña edad de hielo en el planeta, con efectos constatados en el Norte de Europa.

Las auroras boreales son un maravilloso espectáculo que se produce cuando las partículas muy energéticas originadas en el Sol (viento solar) alcanzan la atmósfera terrestre. La entrada de estas partículas está gobernada por el campo magnético de nuestro planeta y, por esta razón, solo pueden penetrar por el polo Norte (auroras boreales) y el Sur (auroras australes). Las auroras adoptan la apariencia de inmensas cortinas luminosas, rápidamente cambiantes y de varias tonalidades. La emisión de luz se produce en la baja atmósfera (entre 100 y 400 km) y se debe a los choques del viento solar (esencialmente electrones) con átomos de oxígeno (tonos verdosos) o moléculas de nitrógeno (tonos rojizos).
En el año 2000 se detectaron intensas auroras coincidiendo con un periodo de máxima actividad solar.

El ciclo de actividad solar es de aproximadamente once años y, por tanto, a partir de finales del año 2011, momento en que nuestro astro rey volverá a tener máxima actividad: las auroras volverán a ser grandiosas.