POR DORY MERINO >

Los Cristianos, icono de Europa en la ‘tele’ de Guinea

Lass Sangare es un joven africano que llegó en cayuco a la isla de El Hierro en agosto el año 2008. Era el final de un largo viaje y el principio de una vida desconocida. Habían transcurrido doce meses desde que el joven de 16 años abandonara el hogar familiar, en una aldea de Guinea Conakry limítrofe con Costa de Marfil. Recorrió miles de kilómetros para llegar a Mauritania, donde se embarcó en una expedición clandestina con destino a Europa. Ya en Tenerife se pregunta si ha llegado realmente en Europa y, concretamente si está en Madrid o Barcelona. Salió de dudas cuando fue de excursión a Los Cristianos, el primer fin de semana tras su llegada. Al otear la playa en toda su dimensión recordó la imagen que había visto en una televisión de su país natal y dijo: “Es verdad que estoy en Europa”. Por fin telefoneó a su madre, que le creía muerto, para comunicarle que había logrado su sueño. Ahora podría encargarse de ayudar a toda la familia. Pasó dieciocho meses en La Esperanza, un centro de menores de emergencia del Gobierno canario de Tenerife, junto con centenares de chicos, que no tardaron en darse cuenta de que Lass era despierto por naturaleza y con cualidades extraordinarias. Igual que otros muchos casos, cuando se determinó su mayoría de edad, Lass abandonó el centro canario y viajó hasta Murcia, con la ilusión de encontrar un empleo que le permitiera legalizar su situación en España. El joven guineano no consiguió trabajo en ninguna comunidad peninsular y se ve durmiendo en un banco de la calle, al raso. Cuando se lo cuenta a sus amigos tinerfeños recibe la oferta de regresar a la isla. Meses más tarde fue elegido por unanimidad como presidente de la Asociación de Jóvenes Africanos en Canarias. Gracias a las redes sociales ha contactado con decenas de chicos que han compartido aventura con él. Algunos se han afincado en Francia, otros siguen buscándose la vida por la Península.