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Los vecinos de Alcalá propondrán una iglesia sin centro comercial

   

Asamblea de vecinos celebrada el sábado en el centro cultural, convocada por la asociación Caluca. | DA

VICENTE PÉREZ | Guía de Isora

La asamblea vecinal para abordar la polémica por el derribo de la ermita de Alcalá acordó el sábado exigir al obispo, Bernardo Álvarez, una reunión para que pedir explicaciones sobre por qué se demolió un templo centenario sin escuchar antes a los vecinos que se oponían.

También se decidió proponer un nuevo proyecto, más económico (el del Obispado costaría entre 2 y 3 millones de euros y el que plantean estos vecinos, entre 600.000 y 700.000 euros), que imite al diseño original de la iglesia, sin el centro comercial ni los aparcamientos que promueve el Obispado para financiar la obra. Estos usos son precisamente los que ha levantado las suspicacias, pese a que la institución eclesiástica ha insistido en que tiró el templo por el estado ruinoso del techo y el riesgo de que cayera sobre la vía pública.

Más de un centenar de alcalaneros acudió al salón de actos del centro cultural, convocados por la asociación Caluca, y el deseo de todos es que fueran los propios vecinos quienes eligieran el proyecto que más le gusta.
El vicepresidente de la asociación, Carlos Matías, explicó que pedirán al Obispado que confirme si, como declaró el ecónomo de la diócesis Nivariense a este diario, no hay financiación aún para el nuevo proyecto.

En todo caso, tanto el vicepresidente como el presidente de Caluca, Carlos Rodríguez, hicieron un llamamiento a la unidad del barrio para lograr que en el menor tiempo posible pueda disponer de una nueva iglesia.

Al respecto, lamentaron que la Comisión Pro Nuevo Templo no acudiera a la asamblea para dar a conocer su versión y cuánto dinero ha recaudado en los actos benéficos hasta ahora. “La Comisión debe dar cuenta del dinero que es de todo el pueblo”, manifestó un ciudadano.

A juicio de los asistentes, el Obispado no ha gestionado bien este asunto, por lo que “debe saberse toda la verdad y, en su caso, asumir responsabilidades”. Una vecina pidió que “no se carguen las tintas contra el párroco, don Julián, pues él no se comprometió a parar el derribo, sino que le pedimos tres días para proponer alternativas, pero luego vinieron a escondidas a tirar la iglesia, y el Obispado le quitó toda autoridad sobre el proyecto”. Un asambleario manifestó que “el Obispado será el dueño de la iglesia, pero el dinero sale del pueblo”.

Algunos asistentes comentaron que “el solar fue cedido por Miguel León, para que se hiciera allí una iglesia, pero no para que se haga negocios con locales comerciales ni aparcamientos”, por lo que apuntaron presuntas irregularidades en este sentido. Otro alcalanero dirigió sus críticas al Ayuntamiento de Guía de Isora, y se preguntó porqué no protegió una ermita de 1900. “Si la Alhambra estuviera en Alcalá, ya la hubieran tirado por vieja”, llegó a ironizar una mujer.

Esta fue la propuesta de la asociación de vecinos en 2005: añadir una nave al antiguo templo. | DA

La asociación mostró un fotomontaje de la idea que en 2004 presentó “al anterior párroco, don Alejandro, y a la comisión parroquial, en presencia de un concejal”, y que consistía en mantener la ermita, añadiéndole otra nave al lado. Una propuesta que el Obispado dice desconocer.

El acto lo cerraron Dora Acosta y Rafael Rodríguez, que leyeron sendos poemas en los que lloraron el derribo de un templo que atesoraba más de un siglo de vivencias en el barrio.