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POR MANOLO IGLESIAS >

Manipulaciones de realidades

   

Desde las elecciones del 22 de mayo ronda en las tertulias y en los análisis políticos dos aspectos en los que se utiliza una realidad cierta para llegar a conclusiones que no parecen las más correctas. Por una parte, la de que el PP ganó las elecciones en el Archipiélago, simplemente sumando los votos, y por otra que el vencedor fue Coalición Canaria, porque así ocurrió en cinco de las siete Islas.

Son hechos veraces, pero interpretaciones manipuladas. Con el PP ocurre que esa diferencia sobre las otras fuerzas políticas se basa en sus buenos resultados en una sola Isla, en Gran Canaria. Y el sistema electoral no tiene una circunscripción regional, sino insular, por lo cual no se puede tomar la mayoría de los votos de una Isla, Gran Canaria o Tenerife, y lanzarlos, por ejemplo, sobre La Gomera (donde venció el PSOE) y proclamar que “te gané porque tengo más votos que tú”, obtenidos en otro lado que no es esa circunscripción.

Igualmente, no se puede tomar el número de Islas y llegar a conclusiones de que, si se gana en cinco, como le pasa a CC, ya se adjudica la victoria por una mayoría que aparece de repente sobrevenida por el territorio. El argumento quizás valdría si en cada una se eligiese el mismo número de escaños, pero, como no es así, la valoración final no es válida. Ganar en cuatro Islas no significa ganar en escaños, que es el objetivo auténtico de los comicios. Parece absurdo pero siempre hay que estar recordando que lo que eligen los ciudadanos en la comunidad son los diputados al Parlamento de Canarias y las elecciones las gana quien tenga la mayoría de ellos, bien sea los que obtiene directamente o los que lleguen por la vía de los pactos. Es tan simple como eso.

El problema de estas versiones que surgen ahora no está en ellas mismas, sino en que confunden a la gente, crean “legitimidades” para reclamaciones bastardas y contribuyen al desprestigio de la clase política, por cuanto el sistema es mal interpretado intencionadamente para autoadjudicarse un triunfo que, en ese sentido, busca deslegitimar la posible imagen de victoria del otro.

Todos saben, Paulino Rivero, José Manuel Soria, José Miguel Pérez, y de ahí hacia abajo, cuál es la realidad del sistema, pero se manipula, se tergiversa, se inventan nuevos valores o medidas, para colocarse mejor en un debate que se ha podrido y en el que todos hacen trampas, inventando reglas y jugando con barajas distintas en las que cada cual se concede a sí mismo los ases y los comodines ganadores.

Pero siguen en su afán, Soria diciendo que ganó en el Archipiélago porque así ocurrió sólo en Gran Canaria, y Paulino Rivero afirmando que lo hizo porque su fuerza fue la triunfadora en cinco de las Islas, pese a que ambos tienen el mismo número de diputados. Y los dos lo que demuestran es una falta de respeto a la inteligencia de los canarios y una afán de manipularnos que ya nos tiene hartos.