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CONTRAPOSICIONES > POR NURIA ROLDÁN-ARRAZOLA

Minoría de edad

   

Si la mayoría de edad, en nuestra sociedad, representa la suficiencia para asumir responsabilidades, diríase según la consultora independiente Caroline Macready, coordinadora del diagnóstico educativo encargado por el Gobierno a la OCDE, que el sistema educativo no se hace cargo de sus propios errores, según sus declaraciones bajo la atenta mirada del presidente y la consejera de Educación del Gobierno de Canarias.

El periplo realizado por la delegación de la OCDE a lo largo de dos semanas por el Archipiélago ha tenido una serie de impresiones y percepciones que han ido desde la consabida cantinela de la importancia de la educación en el presente y futuro de nuestra sociedad hasta la falta de espíritu crítico que emanaba de las conversaciones con docentes, equipos directivos, sindicatos de educación y administración educativa en general. Si la aceptación de responsabilidades requiere de sujetos maduros y autónomos también es cierto que el resultado de estos sujetos debe serlo de procesos que ofrezcan autonomía basada en la confianza. Al igual que el proceso de toma de responsabilidad de nuestros hijos requiere de la confianza en ellos de los padres, de la misma forma la rendición de cuentas de docentes, sindicatos y administradores educativos en general requiere de la confianza de la administración en cuestión.

No puede pedirse responsabilidad a los docentes cuando se recela de ellos permanentemente, pero tampoco puede confiarse en ellos cuando no demuestran su capacidad de asunción de errores. Si los resultados académicos de nuestro alumnado no son buenos es más que claro que algo estarán haciendo mal nuestros docentes, nuestros administradores educativos, nuestros sindicatos, y nuestros políticos desde hace veinte años. La ya conocida frase de que se requiere a una tribu entera para educar no puede ser una excusa para diluir las responsabilidades de cada uno de los estamentos implicados en el proceso educativo en el aula. Después de los sucesivos informes Pissa y de los del propio Ministerio de Educación, los diagnósticos están hechos. Ahora falta acometer las reformas necesarias.

Hace falta HACER y dejar de echar la culpa a los otros. Parecería sugerido en las propias palabras de la Sra. Macready la necesidad de diseñar e implementar un Accountability System (Sistema de Rendición de Cuentas) como se está llevando a cabo desde hace más de diez años en nuestros entorno europeo. Un sistema de rendición de cuentas que ponga en relación los resultados del alumnado con la formación y eficiencia del profesorado, la medición de la calidad de la docencia impartida junto con los medios. Los actuales sistemas de rendición de cuentas europeos miden desde la eficiencia del aprendizaje al absentismo laboral, las relaciones entre los materiales y los objetivos a cumplir dentro del aula, la significación del aprendizaje y la adecuación a las capacidades necesarias para el buen desarrollo de nuestro alumnado en su entrono. No se puede seguir exigiendo ser parte integrante de los procesos de negociación de los procesos educativos y no hacerse cargo de los resultados que tiene la implementación de lo que se negocia. No se puede decir que se defiende la educación pública y de calidad y discutir que los procesos selectivos del profesorado deben perpetuar el estatus quo. Ésos que hoy se arrogan el monopolio del progreso y de la calidad educativa están bombardeando cualquier iniciativa de racionalización y cambio en la educación en Canarias y por ende estarían discutiendo su capacidad de interlocución en un proceso de toma de responsabilidades. La nueva administración educativa debe tener muy presente que nadie tiene el monopolio de la calidad ni del progreso, que éstos son frontispicios que permiten una permanente transformación.

nuria-rodan.blogspot.com