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Objetivo: integrar las adicciones en el sistema sanitario ordinario

   

INMA MARTOS / FRAN DOMÍNGUEZ | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Las drogodependencias están clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como cualquier otra enfermedad. Por eso, la curación, tiene que entenderse en los mismos términos y los pacientes en deshabituación y desintoxicación, deberían contar con los mismos derechos que aquéllos que padecen otro tipo de dolencias. Por este motivo, una de las prioridades de la Dirección General de Atención a las Drogodependencias, según subraya su directora general en funciones, Pilar Teresa Díaz, siguiendo las recomendaciones de la comisión mixta Congreso-Senado para el problema de las drogas, es la integración de los enfermos con adicciones a estupefacientes dentro del sistema de salud ordinario. El III Plan Canario sobre Drogodependencias, que fue aprobado en julio del año pasado y que ayer fue publicado en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) para su conocimiento público, especifica como uno de sus objetivos más claros la integración de las adicciones en el sistema público de salud. “Hemos avanzado al considerar al paciente como enfermo y, entre otras cuestiones, se está trabajando en el desarrollo de determinadas acciones con Atención Primaria y la especialidad de Salud Mental”, comenta Pilar Teresa Díaz. En este sentido, la directora general precisa que “la creciente sintomatología en patologías duales asociadas a la adicción, ha creado la necesidad de tratar al enfermo también desde este ámbito”.

Así, en breve se comenzarán a derivar pacientes en proceso de deshabituación a los servicios de Salud Mental de los centros sanitarios. Para ello, ya se ha comenzado un proceso de formación para el personal de asistencia de estos servicios.

Dispensación de metadona en la Unidad de Atención de Drogodependencias (UAD) gestionada por la Asociación San Miguel, en Santa Cruz. | DA

Otra de las novedades de este plan es la inclusión de los pacientes de los servicios de atención a las drogodependencias en la Oficina de Defensa de los Usuarios de la Sanidad. De este modo, podrán realizar sus reclamaciones y denuncias sobre la asistencia que reciben. La directora general asegura que el III Plan Canario se ha adaptado a las nuevas realidades que han surgido y por eso se Canario se ha adaptado a las nuevas realidades que han ido surgiendo y por eso se han “implementado nuevas estrategias”, en las que la prevención y la intervención son las “prioridades”.

Promoción salud

Precisamente sobre la prevención -el documento prefiere hablar de “promoción de la salud y del bienestar”-, el III Plan Canario apunta a la necesidad de “reestructurar” y “priorizar” los recursos y actuaciones. Además remarca, a tenor de la gran heterogeneidad de actividades contenidas en el ámbito preventivo, sobre todo en educación y en ocio y tiempo libre, la idea de establecer líneas “consensuadas en la búsqueda de una mayor coordinación en las acciones, desarrollando materiales específicos para garantizar más efectividad”. El III Plan Canario, impulsado por la Dirección General de Atención a las Drogodependencias, recalca que “será preciso optimizar los recursos y mejorar su gestión, generando niveles de coordinación eficaces entre unidades y administraciones públicas y privadas en las diferentes áreas y ámbitos”.

Diferencias

Este aspecto se extrapola también a la asistencia y al tratamiento, teniendo en cuenta que “la atención a las drogodependencias viene condicionada por las diferencias insulares, la fragmentación del territorio y las características de los usuarios, “con una organización funcional y territorial distinta”, como demuestra el hecho de que en algunas islas los programas asistenciales o la atención a las adicciones están acordados con Organizaciones No Gubernamentales (ONG) o Fundaciones (caso de Tenerife o la mayor parte de Gran Canaria) o con instituciones públicas (el resto de las islas). Por eso, el III Plan Canario sobre Drogodependencias señala que habrá que reorganizar el sistema y la red asistencial. “Resulta necesario garantizar que en toda la red asistencial se estandarice y unifique el sistema de registro de actividad, se estructure la actividad en torno a protocolos formalizados y susceptibles de actualizarse”, según apunta en el documento.

La intervención local, clave

A casi un año de la entrada en vigor del III Plan Canario, la directora regional de Drogodependencias destaca que se ha estimulado la renovación y puesta en marcha de planes municipales contra las drogas (en especial en localidades con más de 20.000 habitantes), un elemento enormemente clave para desarrollar políticas eficaces. La intervención en el ámbito insular y local resulta fundamental, por lo que se alienta desde la Dirección General el establecimiento de convenios de colaboración y el apoyo de proyectos que combatan las drogodependencias, fomentando la promoción de la salud y los hábitos saludables, “siempre con una activa participación, en la que se impliquen los diferentes agentes sociales”. “En Canarias somos referentes en el Estado en la prevención en ámbitos locales; ahí está el ejemplo de La Laguna, cuya labor ha sido reconocida a nivel nacional”, recuerda Pilar Teresa Díaz. Por último, y con la vista puesta en los recortes económicos habidos en este ámbito, la responsable regional en Drogodependencias sostiene que a pesar de la situación de crisis y tras “realizarse diversos ajustes optimizando los recursos”, tal y como se acordó el pasado mes de febrero, la red asistencial canaria “no ha mermado su calidad, porque se ha actuado con racionalidad”.

[apunte] La situación actual…

El III Plan sobre Drogodependencias realiza un análisis de la situación actual, en la que se deja claro la expansión del consumo de drogas, sobre todo, el uso compulsivo de alcohol en fines de semana y el mayor uso de cannabis y cocaína. Se recalca que “hay una disminución de la percepción de riesgo de su uso y su integración casi de manera normalizada en la sociedad”. De este modo, se observa un patrón de “policonsumo” cada vez más generalizado, La “precocidad en el inicio de algunas sustancias y “la relación, cada vez más estrecha, entre éstas y los espacios de ocio”. Así, recomiendan medidas como retrasar la edad del primer contacto con las sustancias e intentar reducir el consumo ocasional en el grupo de edad de 20 a 24 años. En la demanda inicial de tratamiento, la heroína ha dejado paso al alcohol, a la cocaína y al cannabis. Pilar Teresa Díaz señala que los datos de uso de droga, referentes a 2008, siguen la misma tónica que en la actualidad que la tendencia es similar a la de otros territorios.[/apunte]