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EL PROTAGONISTA > VIDAL GARCÍA ABREU

Tras los secretos de las Casas Consistoriales

   

‘Vidalito’, como lo conocen en el Ayuntamiento es la persona que cada día abre las puertas del que considera su segundo hogar, donde trabaja como ordenanza hace 31 años. | DA

GABRIELA GULESSERIAN | Los Silos

Su nombre es Vidal García Abreu, pero en el Ayuntamiento de Los Silos todos lo conocen como “Vidalito”. Es la persona que cada día abre las puertas de las Casas Consistoriales y quizás, la que más sabe acerca de los secretos, los entresijos y la vida diaria que gira en torno a las paredes del inmueble, ya que tiene 55 años y lleva 31, más de la mitad de su vida, trabajando como ordenanza en un lugar al que considera como su segundo hogar, su familia.

Allí entró desde muy joven y tras finalizar sus estudios, más precisamente, cuando tenía 24 años “además de muchas ganas e ilusión”. En realidad, sus primeros pasos fueron en el antiguo convento de San Sebastián porque fue en 1980 cuando el entonces alcalde Gaspar Sierra compró el edificio actual.

En esa época, las personas como él, con una discapacidad, no podían optar a una plaza hasta que la ley cambió y se decidió a hacerlo. Y lo logró. Desde entonces, tiene su puesto fijo. O más bien, “un trabajo digno”, como él lo define, que además le permite disfrutar de pequeños placeres que considera “indispensables”, como los amigos, la lectura y la música.
Durante todo este tiempo sus ocupaciones, aunque diversas, han sido prácticamente las mismas. Lleva la prensa; pone en funcionamiento las máquinas; acude a la oficina de Correos, imprime documentos y los envía a los diferentes servicios y oficinas; y, en los plenos, también desempeña tareas de protocolo, para lo que hizo un curso con el anterior jefe de Protocolo del Gobierno de Canarias. Sin embargo, confiesa que lo que más le gusta de su trabajo es atender al público.

Cuenta que en los inicios sus compañeros eran sólo 5 ó 6 personas, un número que se ha incrementado de forma considerable hasta llegar a las 120 que trabajan en la actualidad, entre personal fijo, el eventual y los miembros del grupo de gobierno. Tampoco había ordenadores y muchas tareas las tenía que hacer a mano, como el cobro de los recibos del agua, y no sin cierta dificultad.

Se confiesa apolítico a pesar de que pasó por la transición democrática y de que ha trabajado con cuatro alcaldes, dos socialistas, como Gaspar Sierra y el actual, Santiago Martín, y dos nacionalistas, de Coalición Canaria, Valentín Melo y José Luis Méndez.

Desempeña sus funciones en un cuarto “que se lo ganó”, en el Cuartel General. Ese es su pequeño refugio, donde cada 22 de mayo, Día de Santa Rita, saca la imagen de la patrona de los imposibles y hace una especie de ritual al que luego se incorporan muchos compañeros. Allí también parte, cada 7 de agosto, la tarta de cumpleaños y recibe los regalos y las felicitaciones de sus amigos.

‘Vidalito’ se siente orgulloso de lo que ha conseguido. Quizás por eso nunca se le pasó por la cabeza cambiar de oficio aunque antes trabajó en negocios y librerías.

Durante todos estos años ha acumulado cientos de anécdotas y recuerdos. El que nunca se le olvidará es el del día que cobró su primera nómina, 10.000 de las antiguas pesetas, un importe que se elevó a cerca de 40.000 cuando consiguió la plaza fija.

Pero lo que nunca contará serán los secretos que guardan las paredes del Ayuntamiento y que siempre permanecerán en su memoria. Porque Vidal, fiel a su cargo, también cumple con los preceptos de toda buena familia, que éstos nunca deben ser desvelados.

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17 países en tan sólo 10 años

A Vidal García Abreu hay muchas cosas que le aportan satisfacción. La música es una de ellas y también la lectura, a la que le dedica bastante su tiempo. Pero pero su gran placer es viajar y para ello no escatima esfuerzos. Por eso, puede presumir de que en tan sólo 10 años ha visitado 17 países. La República Checa, Portugal, Hungría, Holanda, Bélgica, Alemania, Irlanda y Austria, integran la lista a la que se suman algunos países nórdicos como Noruega, Dinamarca y Suecia. “Me faltó Finlandia, una pena”, apunta.

También estuvo en Yugoslavia, después de la guerra, un lugar que “le encantó”, igual que Cuba, donde pasó 15 días como consecuencia de un viaje mancomunado entre ayuntamientos y que pudo hacer gracias a un dinero que tenía ahorrado. Cuando llegó del país latino compró un cupón de la ONCE que fue premiado con 250.000 pesetas, “la primera vez que se sacó algo” y por eso no dudó en reinvertirlo de la mejor manera posible; un viaje a Andalucía durante nueve días.
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