¿Presión o cálculo anticipado?

No sé si serán exactas las interpretaciones de que José Luis Rodríguez Zapatero se vio presionado a última hora para la convocatoria anticipada de las elecciones, como si fuera algo que decidió hace sólo unos pocos días. Más bien pienso que las fechas se encontraban calculadas hace tiempo y en ocasiones se dieron pistas sobre las intenciones de acudir a las urnas a finales del 2011.

En lo de “el mejor momento”, está una de las claves principales. De aquí a marzo del 2012, final de la legislatura, la ocasión no del todo peor para los socialistas está en octubre y noviembre. Se supone que durante el verano aumenta la contratación de trabajadores, aunque sea de forma temporal, Viene luego la temporada de invierno hasta Navidad. Dentro de lo malo que está todo, es un periodo mejor que el primer trimestre del año, cuando desde enero decae bruscamente el consumo y aumentan las cifras del desempleo. En estas condiciones, el final de 2011 es mejor que acabar en marzo.

Pero la previsión de que era la época más favorable se tenía lo mismo ahora que hace un año. El análisis no es nuevo. Las cuentas son iguales. Zapatero es el secretario general del PSOE y resulta absurdo creer que el tema no lo había tratado allí y que él no iba a tener en cuenta la coyuntura de menos daños.

Sería sólo un cogollo del partido el que estaba al tanto exacto, pero previsiblemente el asunto tiene que haber sido tratado en múltiples ocasiones y haberse producido la valoración de la mejor oportunidad, que prácticamente da siempre por los mismos meses.

Esto no se decide en la pasada semana, ni por los mercados, ni por presuntas presiones del propio partido, como se ha publicado. Quizás lo que haya sido dudoso es el momento para anunciarlo. Tal vez la presión financiera lo ha precipitado, pero el cuándo convocar elecciones creo que lo tenían claro hace tiempo y el mismo Zapatero, cuando anunció el adelanto, lo dijo en respuesta a una pregunta, indicando que la fecha la había decidido hace tiempo.

Lo cual, por cierto, nos puede llevar a una nueva contradicción o mentira de Zapatero como en el 2008, cuando por motivos electorales negaba conocer la crisis, y que ahora le llevaba hace unas semanas a casi jurar que agotaría la legislatura, cuando, en petit comité, ya estaba decidido el adelanto. Quizás conviene no olvidar que quienes conocen de cerca de Zapatero afirman que es un político frío y calculador, lejos de la ingenuidad que algunos le adjudican. Dice la voz popular que no es lo mismo ser un tonto que hacerse el tonto.

Ahora, dentro de lo positivo del anuncio de la convocatoria está el que se acaba el cansino reclamo de elecciones anticipadas con que nos ha venido machacando el PP desde hace dos años. Al menos a ver si hablan de otra cosa. Aunque sean igual de pesados.

Cuatro meses de campaña con unos y con otros… ¡no nos queda nada!