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“Cuando fui a recoger a mi hija no sabían que había desaparecido”

SANTY TORRES | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Cada vez son más frecuentes los casos de padres que denuncian la desaparición de sus hijos. Muchos de ellos no han encontrado aún a sus descendientes, y otros lo han hecho, pero desgraciadamente han aparecido sin vida. Por suerte, para Alba María Mirabal todo se quedó en un terrible susto.

Raquel Rojas es una pequeña de apenas dos años y medio de edad. Su madre, Alba María, decidió dejarla ayer al mediodía en la guardería del Centro Comercial Santa Cruz Carrefour, mientras ella realizaba algunas compras. Ella afirma que “nunca la había dejado con nadie, pero como la niña el próximo año empieza el colegio, lo hice para que se fuera soltando un poco”. Sin embargo, lo que se planteó como algo beneficioso para la niña, acabó convirtiéndose en una auténtica pesadilla.

Minutos de tragedia

Tras media hora de compras por los comercios del centro, Alba María fue en busca de su hija. Para su sorpresa, Raquel ya no estaba ahí. Y lo peor de todo es que los responsables de la guardería Dubidú no se habían percatado aún del extravío de la infante. Acto seguido, su madre echó a correr a la calle en busca de su pequeña, pero ni rastro de ella. Tuvieron que pasar en torno a 10 ó 15 minutos para que encontraran a su hija, y esto tras alertar a los vigilantes de seguridad, algo que solo se hizo por petición expresa de la madre, y en una última instancia.

Raquel fue localizada en el interior de una tienda del centro comercial. Desde entonces, “yo no he podido dormir ni comer y mi hija tampoco y continuamente se hace pis encima, porque está muy asustada”, apostilla su madre. “Lo único que dice mi hija es mamá no te vayas”, añade con angustia. Alba considera que “se ha hecho un daño psicológico a una menor”, y por eso va a llegar “hasta donde haga falta y caiga quien caiga”.

En estado de shock

La madre de Raquel comenta que “sufrí tal shock que no me acuerdo ni de lo que pasó antes ni después”. De hecho, “perdí totalmente la noción del tiempo, por eso no sé cuánto tardó mi hija en aparecer porque para mí fue una eternidad”, argumenta.

El miedo de esta madre reside en que “cualquier persona podía haber cogido a mi hija perfectamente, y nadie se hubiera enterado”, explica. Además, “si Raquel hubiera salido a la calle, la podría haber atropellado un coche”, apostilla.

Alba María se muestra totalmente indignada por el trato recibido por parte del gerente del centro comercial, quien en ningún momento se disculpó con ella por lo acontecido. Además, según cuenta, “se negó totalmente a cooperar a que esto vaya más allá, porque según él, si esto se hacía público su puesto de trabajo peligraba”.

Afortunadamente, Raquel dormirá esta noche junto a su madre, pero es cierto que de no ser por la valía de Alba, esto no se hubiera salido a la luz. Por esta razón, ella pide que cuando suceda algo igual los padres “no se callen, porque si lo hacen, cosas así pueden volver a pasar”.