ÁNGELES RIOBO | SANTA CRUZ DE TENERIFE
“Me han tratado de pederasta y de abusador de chavalas. Me quieren hundir”, así lo afirmó a DIARIO DE AVISOS E.P, de 76 años, acusado de abusar sexualmente de cinco menores de edad, en los años 1998 y 2001 en Taco, el municipio de La Laguna, y de otro delito de salud pública. Su juicio, que tenía previsto celebrarse ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, ha sido aplazado a los días 6 y 7 de octubre por la incomparecencia de su abogado defensor.
El acusado defiende su inocencia y relata que por aquel entonces las niñas, hoy mujeres, lo esperaban en el portal de su casa hasta que llegara. Una vez dentro “poníamos la música toda loca, bailaban reggaetón, jugábamos al parchís, y nos reímos un rato. A veces les ponía de merendar leche con galletas. A última hora se iban. Pero nunca me pasé ni las toqué. Tengo nietas”, asevera.
E.P narra asimismo que su “calvario” comenzó cuando un día fue agredido por dos jóvenes familiares de las chicas, acusándole de abusador. Según cuenta, los golpes fueron tan fuertes que incluso le mellaron los dientes.
“No eran trigo limpio”
En un primer momento, fue él mismo quien les denunció a la Policía. Luego le detuvieron. “En este proceso no se ha obrado de una manera legal conmigo desde un principio. Luego, al final se ha visto que no era nada de eso”, deplora el acusado, quien únicamente llegó a pasar 60 días en prisión provisional. “Qué voy a hacer el mundo es cruel muchas veces. Es la palabra de esas chicas contra la mía”, lamenta E.P, y explica que las chicas “no eran trigo limpio”, que fumaban, y que su entorno era el mundo de las drogas. “Allí se las conocía como las come-pagas”, señala en las declaraciones formuladas a este periódico.
El supuesto abusador sexual asegura que tal acusación le ha provocado un gran disgusto, tanto para él como para sus hijos y sus nietos. “Me quedé hecho polvo”, apunta E.P. “Me han tratado de todo lo habido y por haber, por eso decidí marcharme a vivir tranquilamente a El Médano, para inhibirme totalmente de todo esto”, sostiene antes de afirmar que en este núcleo poblacional perteneciente al municipio de Granadilla de Abona intenta “vivir al día”, y se refugia en la pintura, la pesca y el deporte. “Corro mucho para mantenerme joven”, concluye E.P.
Dinero, droga y galletas
La Fiscalía pide para el supuesto corruptor de menores una pena de 39 años de prisión, por los diferentes hechos probados acaecidos en los años 1998 y 2001. Así, entiende que en la primera de las fechas E.P habría abusado sexualmente de una niña de 14 años y de otra de 16, con las que incluso habría realizado penetración vaginal.
Aseguran que el acusado, quien supuestamente captaba a las adolescentes en diversos bares de copas, por mantener dichas relaciones les pagaba cantidades que oscilan entre las 5.000 y 10.000 pesetas (30 y 60 euros), aunque en otras ocasiones lo hacía a cambio de ropa, alcohol y hasta cocaína. Por tales delitos, se solicitan un total de 20 años de prisión.
Asimismo, el Ministerio Público da por probado que en 2001 abusó supuestamente de otras tres menores de edad, aunque sin penetración vaginal, sino cunnilingus y masturbaciones. Por estos delitos calculan una pena de tres años. Por último, se le acusa de un delito de salud pública por lo que se le piden otros 10 años de prisión. En la misma causa se incluye a otro varón al que se le imputa otro delito de salud pública, para el que se le piden igualmente 10 años de cárcel.
La defensa solicita la libre absolución aludiendo a la falta de pruebas. El juicio ha sido pospuesto a los días 6 y 7 de octubre, por incomparecencia del abogado defensor de E.P., “por enfermedad”.