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La nueva terminal despega con normalidad

   
Nueva terminal La Palma

El primer vuelo que partió de la isla de La Palma rumbo a Tenerife lo hizo con normalidad, como el resto de operaciones de la primera jornada en la nueva terminal. / ACFI PRESS

DAVID SANZ | VILLA DE MAZO

Como cada mañana, el aeropuerto abrió sus puertas a las 6.30. Pero esta vez eran los acccesos giratorios de la nueva terminal, que ayer se puso en funcionamiento, los que iban dando la bienvenida primero a los empleados, ya familiarizados con las instalaciones, y, poco a poco, a los pasajeros de los primeros vuelos, que estrenaban el edificio y sus servicios.

Pequeños despistes de orientación, algunas quejas por tener que subir a otro nivel del edificio para embarcar y grandes dosis de curiosidad entre las zonas comerciales y de restauración del nuevo aeropuerto fue la nota predominante de su primera día de vida, que tanto el director del aeropuerto, Manuel Vinagre, como el responsable de transiciones de AENA, Ángel Gallego, coincidieron en valorar como una jornada marcada por la “normalidad”.

“Lo más destacable de este primer día es que estamos operando con total normalidad, igual que cualquier otro día”, subrayó el director del aeropuerto palmero, quien concretó que “la puntualidad a quince minutos, que es el parámetro que usamos, ha sido del 100%”. “No ha habido ningún vuelo que se retrasase quince minutos y la mayor parte de ellos han salido a su hora”.

También ha estado dentro de los parámetros de normalidad la afluencia de usuarios y aseguró que “los procesos de facturación, paso del filtro de seguridad y embarque se han desarrollado con toda normalidad igual que la entrega de equipaje”.

Ángel Gallego, cuyo cometido en AENA es coordinar estos complejos procesos de transición y la puesta en explotación de los nuevos aeropuertos, destacó que en La Palma se ha seguido “la metodología que AENA tiene como principal operador del Mundo y que ha utilizado Madrid, Málaga, Barcelona, Alicante, Valencia o Zaragoza”.

Durante este proceso explicó que “hemos basado nuestro trabajo en una perfecta familiarización y formación”. En concreto recordó que “hemos familiarizado sobre las 400 personas y se han realizado 38 cursos en 74 sesiones durante una 380 horas para que el personal que tenía que atender la operativa del nuevo edificio estuviera perfectamente formado”.

Asimismo, destacó las pruebas que se realizaron con unos 80 figurantes que simularon los procesos aeroportuarios para detectar las anomalías que debían de corregir antes de la puesta en explotación. Gallego aseguró que las anomalías detectadas “no se desvían de los números obtenidos en otros aeropuertos”. En total fueron 105, que se clasificaron en nivel alto, medio y bajo. Las de nivel alto, que son las que pueden influir en la puesta en explotación, fueron la tercera parte y han sido resueltas en su totalidad. Del resto ya se han solucionado el 90%. Todo este proceso ha hecho posible que “la palabra que mejor defina la puesta en marcha sea la de normalidad”, recalcó.

Uno de los asuntos que más quejas provoca entre los usuarios es que haya que subir un nivel del edificio para luego tener que volver a bajar para embarcar. El director del aeropuerto explicó que el cambio de dimensión lleva a que llegadas y salida no esté en la misma planta y dijo que, “de momento, no está planteada” una solución como al de Tenerife Norte, donde se habilitó la planta baja para los vuelos regionales.

Gallego, por su parte, indicó que cuando se pasa de una infraestructura grande o mediana a un gran aeropuerto, “algún tributo hay que pagar”. Si bien aseguró que “compensa el confort y las posibilidades de crecimiento de la región avaladas por la gran infraestructura”.